Por: Jairo Aníbal Doria
El 2 de octubre de 1994, luego de hacer “mis pininos” en Inquietudes Juveniles (semillero de Telecaribe en Córdoba), inicié MACANEANDO, propuesta de periodismo alternativo, juvenil y cultural, en Radio Panzenú y La Voz de Monteria, como espacio radial y, en canales locales y por Telecaribe, como programa de TV.
MACANEANDO sobrevivió varios años, como espacio periodístico y proyecto social, siendo escuela y punta de lanza de muchos otros proyectos y de jóvenes talentos que iniciaron ahí su vida profesional.
Hoy, pervive a partir de frutos no reconocidos como la Secretaría Departamental Juventud o ese hijo bordón llamado Zenú Radio o Zenú Digital.
Soy producto de eso y, estoy plenamente convencido de las posibilidades que brindan para la sociedad y para la persona, los medios de comunicación alternativos. No “esa gran prensa”, como diría Diomedes, que le habla a una masa homogénea y generalizada.
Y bueno, los años pasan, pero seguimos MACANEANDO !
En paralelo, y hablando de contenidos y narrativas, no deja de sorprenderme cómo, en la práctica diaria, se evidencian filtros y criterios que, con o sin intención sesgada, determinan qué información llega al público y cuál se queda en el tintero.
De ahí, que expresiones, memes y bromas como “lo que nunca te dirán en RCN o en Caracol” cobren fuerza. No es raro que las grandes cadenas ignoren o minimicen ciertos temas que, en medios alternativos, comunitarios y digitales, tienen espacio y voz.
Durante los días 12 y 13 de septiembre, bajo el lema “Uniendo Voces” participamos en el Encuentro Nacional de Medios Alternativos, comunitarios y digitales, realizado en Armenia a instancias de la Presidencia de la República y el MinTic.
Ha sido la oportunidad para conocer la oferta institucional del estado frente al tema y un espacio de encuentro y retroalimentación, entorno a la situación actual del gremio.
El evento se convirtió en el momento oportuno para encontrarse y divisar un horizonte más fraterno y cohesionado, donde el trabajo colaborativo y la unión de esfuerzos, lleven a los medios alternativos, comunitarios y digitales del país, a ocupar el lugar que les corresponde en la construcción de un modelo de sociedad más justo y equitativo.
El 11 de febrero de 2013, tuve la oportunidad de fundar Zenú Radio, el primer medio digital e interactivo del departamento de Córdoba, aprovechando las posibilidades que el streaming y las nuevas tecnologías nos ofrecían.
En ese momento, ni siquiera imaginábamos lo mucho que evolucionaría el panorama mediático, y que nuestro proyecto terminaría convirtiéndose en Zenú Digital.
Lo que inició como una plataforma radial, digital y participativa con programadores y un semillero de comunicación, ha tenido que adaptarse a los cambios y a los tiempos de austeridad y supervivencia.
Hoy, trabajamos con un formato menos inclusivo, debido en parte a las dificultades económicas; a una pauta comercial prácticamente inexistente y un escenario repleto de “periodistas” que, en muchos casos, no generan contenido informativo real. Algunos sin medio. Sin redes. Sin…
Hay una diferencia abismal entre entretener per se y cumplir con principios básicos del periodismo y la comunicación: claridad, puntualidad, coherencia, urgencia, concisión, corrección, cortesía e integridad.
Es frustrante, y a la vez revelador, ver cómo las redes posicionan personajes que logran ser reconocidos y remunerados por comunidad, entidades y figuras públicas como “entidades y figuras públicas”.
Si a lo económico y superfluo vamos, valdría cada vez más la pena, ser de esos YouTuber, influencer, instagramer o tiktoker, etc que literalmente “venden humo” y a partir de ello generan riqueza.
¿Se deben privilegiar los likes o la calidad informativa?
Importante destacar que hay muchos generadores de contenidos con criterio y concepto, que vienen adelantando impecable labor. Con millones de likes y elevada calidad informativa.
Pero bueno, son apenas ejemplos de lo que debemos todos desaprender y aprender para sintonizarnos en la misma frecuencia.
Son varios los temas para la reflexión, no cabe duda.
En este contexto, el MinTIC ha dado un paso significativo, y el Gobierno Nacional en pleno, bajo la orientación personal y directa del presidente Gustavo Petro, ha hecho algo nunca antes visto: plantear una política pública y acciones concretas para el sector y así, reconocer el valor y la labor de los medios alternativos, comunitarios y digitales.
Estos medios, en muchos casos, subsisten gracias a la pasión y entrega de sus fundadores y en territorio, han sido fundamentales para democratizar la información y visibilizar hechos en pueblos y regiones donde los grandes medios no llegan o están, pero bajo su propio criterio.
El Encuentro Nacional de Medios Alternativos, comunitarios y digitales, tuvo un éxito rotundo.
Los pequeños fallos logísticos, propios de un encuentro con más de 1500 asistentes, no deslucen lo que fue, en términos de contenido, una experiencia cocreativa en todos los sentidos.
Incluso en lo político, el encuentro fue un espacio para el debate abierto, donde colegas con posiciones ideológicas opuestas pudieron exponer sus puntos de vista y, con altura, discutir sobre el rumbo que deben o no tomar periodismo, periodistas y medios en Colombia.
Y como en todo, hay temas recurrentes en los que todos estamos de acuerdo: la falta de reconocimiento institucional, más acceso a conectividad y equipos o la necesidad de fortalecimiento con medidas concretas, como la pauta oficial y programas de formación para los comunicadores alternativos.
Los anuncios realizados por el presidente Petro y el ministro Lizcano sobre la Ley de los Tercios para asignar un 33,3% de la pauta oficial a los medios comunitarios, otro tanto a medios alternativos y digitales y el 33,3% restante a los “grandes medios”, junto a las convocatorias con estímulos económicos, como la que se espera en 15 días por $15.000 millones de pesos, representan un avance sin precedentes en la historia de la comunicación en el país.
Estos compromisos, si se materializan, serán un verdadero impulso para medios como el nuestro, que operan desde la pasión pero también desde la precariedad.
Más allá del discurso, es fundamental que desde el Gobierno Nacional y el MinTIC, se actúe con celeridad para hacer realidad estas promesas.
El tiempo es limitado, y muchas de estas iniciativas son urgentes para evitar por un lado la frustración y por otro, más grave aún, el cierre definitivo de medios alternativos que ya se encuentran al borde de la desaparición, por la falta de sostenibilidad económica.
Aunque cada uno de nosotros tiene su inclinación política, y siempre habrá intentos de convencer al otro de quién tiene la razón, lo importante es que se están creando espacios para que los medios alternativos, comunitarios y digitales se fortalezcan, se consoliden y, lo más importante, permanezcan en el tiempo.
PD. Se estima que en alcance y cobertura los medios alternativos, comunitarios y digitales impactan a unas 27 millones de personas.