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Un homenaje a la vida

Alguien me dijo alguna vez, de muy niño, que los gatos tienen siete vidas, y que, si sufrían algún percance, podrían sobrevivir muchas veces más.

Sin duda alguna ni los gatos, ni nosotros los humanos tenemos siete vidas, la vida es una sola y es un regalo de Dios.

Llena de obstáculos, impedimentos, decepciones, insultos, desaires, depresiones, pero es la vida que tenemos y como dice proverbio ‘Más vale perro vivo, que león muerto’.

El acto por el que una persona se causa la muerte, con conocimiento y libertad suficiente, es lo que habitualmente se conoce como suicidio. Se trata de la mayor violación que existe de la propia vida.

Un gesto irreversible mediante el cual se rechaza la soberanía absoluta de Dios sobre la existencia humana.

Han sido bastantes los teóricos del suicidio a lo largo de la historia y, sobre todo, en la época moderna. Pensadores como Hume, Montesquieu, Schopenhauer, Nietzsche o Durkheim, eran fervientes partidarios de renunciar a la vida cuando ésta ya no les fuera agradable o satisfactoria.

En la actualidad son también numerosas las personas y entidades que defienden el derecho al suicidio libre y despenalizado.

Según el Boletín Epidemiológico Semanal del Instituto nacional de salud sobre Comportamiento de la Vigilancia del Intento de suicidio en Colombia, período IV de 2020.

Se concluye que el conflicto con la pareja o expareja predomina como factor desencadenante a suicidios (39,6%), seguido por los problemas económicos (13,2%), y el maltrato físico, psicológico o sexual (10,4%) en ambos sexos.

La ideación suicida persistente (33,8%) y el antecedente de trastorno psiquiátrico (28,0%) principalmente el trastorno depresivo, son los factores de riesgo de mayor proporción en el total de los casos colombianos.

Es decir, que la mayoría de los suicidios en Colombia este año se han generado por problemas en el núcleo familiar y el mal manejo de las relaciones interpersonales.

Existe un debate, si es un valiente o no el que lo hace, e incluso en países como el Japón se consideró una moda juvenil. Para otros el suicidio es considerado una salida a los problemas de la vida, pero ¿realmente es una salida?.

En realidad, no sé de donde salió la idea de que el suicidio arregla las cosas, donde en realidad las complica más, sobre todo para los que quedan con vida: “Nuestra familia”, nuestra muerte afecta a las demás personas con quienes convivimos. No habitamos dentro de una burbuja aislada.

Nadie vive sólo para sí, de ahí que el hecho de quitarse la vida tenga también repercusiones negativas sobre los demás.

“Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos”… (Romanos 14:7-8).

Por lo regular una persona con pensamientos suicidas piensa que en realidad las alternativas de solución se acabaron y que no hay otro recurso a la mano.

Sin embargo, siempre encontraremos en Dios los recursos suficientes para solucionar nuestros problemas, es solo un asunto de fe y de paciencia, algunos problemas se solucionan al momento y otros con el tiempo.

De aquí la importancia de no ser inmediatitas y esperar el tiempo necesario para la resolución de inconvenientes, hay que tener en cuenta que los problemas no llegan de la noche a la mañana, “demoran un tiempo en desarrollarse”, de igual manera demoran un tiempo en desaparecer, pero al final de cuentas se van, y si no se van podemos aprender a convivir con ellos.

No dejemos que la culpa y la pena nos impulsen a tomar decisiones nefastas o irreversibles, personalmente siempre he pensado que si Judas hubiese pedido una segunda oportunidad a Jesús Él se la hubiese concedido.

¡Las oportunidades que Dios y la vida nos dan son infinitas! Así que no importa por lo que se esté pasando, la solución no es acabar con tu vida, LA SOLUCIÓN ESTA EN LAS MANOS DE DIOS.

 

Quisiera dejarlos con algunos secretos que te incentivaran tus ganas de vivir:

  • Tenga un proyecto de vida bien definido. Saber cuáles son mis sueños y tener la mirada fija en ellos me ayudara a vivir ocupado en ello y a luchar cada día por alcanzarlos.
  • Mantenga buena autoestima. Aunque la gente diga o piense que no valgo nada, mi valor me lo demostró Jesús en el calvario, derramando su sangre por mí, y entregándose por completo para que yo tuviera vida ¡Eso significa que yo valgo mucho para Dios!

  • Rodéese bien. Es muy importante no interiorizar los problemas, al contrario, hay que hablar y rodearnos de gente importante para nosotros. Habla con mamá, papá, esposo (a), amigos (as) pero no luches solo, te podrías sorprender sobre la cantidad de gente que te aprecia y que te tenderáa la mano ¡Pero habla!, no te quedes callado.
  • Descubra su misión en el mundo. Todos tenemos un propósito en esta vida, es un plan de bien que afecta positivamente a los que me rodean.

Salmos 138, 8: Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre;  No desampares la obra de tus manos.

 

  • Haga un inventario de sus logros. Solo sabremos cuanta ropa tenemos el día que realicemos el inventario. Lo que quiere decir que hay muchas cosas que la vida nos ha dado, y si nos enfocamos en eso, lo único que nos queda es darle gracias a Dios por sus bendiciones aun en medio de los problemas, piensa en tus hijos, tu salud, tu profesión, tu conocimiento, tu fe. Todo esto son logros que han llegado a tu vida por la misericordia de Dios.
  • Potencie su vida espiritual. Nadie que tenga una vida espiritual ejercitada podrá lanzarse al abismo. Oremos, escuchemos música cristiana, leamos la biblia, y sobre todo estemos confiados en el Señor que las cosas pasaran poco a poco en su voluntad. Si de algo estoy seguro es que Dios quiere que vivas feliz.

Juan 10, 10: El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.


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