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La importancia de ventilar la casa, aunque haga frío

Por mucho frío que haga, debemos ventilar todos los días. No solo para renovar el aire sino también para sanearlo. En días de lluvia y poco sol a mucha gente les cuesta abrir las ventanas, pero desconocen que al no hacerlo acumulan muchas sustancias nocivas en sus hogares.

Por ejemplo, se produce un exceso de dióxido de carbono, monóxido de carbono y partículas orgánicas volátiles provocadas por humedades y la falta de renovación de aire. También pueden concentrarse aerosoles, humos de tabaco, pinturas, productos de limpieza, partículas de alimentos tras cocinar, y otras provenientes de alfombras y tapices, calefacciones, hornos, mascotas, muebles, objetos de plásticos, etc.

Recordemos que un alto nivel de contaminación del aire puede ocasionar problemas respiratorios, enfermedades cardíacas y cáncer de pulmón, las cuales afectan en mayor proporción a población vulnerable. Y que, además, en un entorno no ventilado proliferarán más de lo habitual los virus y bacterias.

Teniendo en cuenta que todo ello se concentra en el aire que respiramos, ventilar es imprescindible. Con hacerlo entre 10 y 15 minutos diarios será suficiente para renovar el aire de una habitación o salón, aunque si en la casa viven muchas personas, tal vez sea necesario un poco más.

El mejor momento

¿Pero en qué momento del día es más adecuado para no pasar frío? Lo ideal, si está en clima frío, es ventilar en el momento más cálido del día, que normalmente es hacia el mediodía. E incluso en las casas que usan calefacción es importante ventilar en algún momento del día (obviamente con la calefacción apagada, para no desperdiciar dinero). En zonas cálidas, la mejor opción es en la mañana.

Y los espacios más importantes son el dormitorio, el cuarto de baño y la cocina.  Aunque hayamos oído habitualmente que crear corrientes es bueno para ventilar, está técnica no es estrictamente necesaria. Con la ventilación por zonas o habitaciones no solo logrará purificar el aire de los distintos espacios, sino que apenas lo apreciará en términos de sensación de frío.

Las corrientes de aire

No obstante, si el clima de su región lo permite y lo que quiere es purificar el interior y eliminar aún más toxinas, puede abrir varias ventanas y puertas a la vez para generar grandes corrientes de aire. Esta técnica resulta muy efectiva cuando podemos generar corrientes de gran caudal.

También pueden dejarse las ventanas entreabiertas, entre unos 10 y 15 centímetros para que el aire se renueve continuamente. Claro que si usted vive en una zona de mucha polución, esto sería un factor por considerar.

Extractor y filtros

Otro punto importante para la ventilación del hogar con efectos beneficiosos para la salud es el uso del extractor a la hora de cocinar.

Asimismo, podemos instalar uno o varios purificadores de aire con filtro Hepa de alta eficiencia (hay muchos modelos en el mercado) y/o un deshumidificador en casas donde vive gente mayor, para evitar el frío.

Los deshumidificadores resultan imprescindibles en climas o ambientes húmedos y sus filtros también contribuyen a limpiar el ambiente. Con estos aparatos podrá limpiar el aire sin afectar la temperatura de su vivienda. Aunque lo ideal es siempre renovar el aire, ventilar, en algún momento del día.

En los hogares no es tan necesario (como sucede en las aulas o los espacios de trabajo compartidos) instalar sensores de CO2. El Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría aconsejó incorporarlos en las aulas para monitorizar los niveles y comprobar que estuviesen siempre por debajo de 700 p. p. m. (partes por millón).

Este objetivo también puede conseguirse con aperturas de ventanas durante 10 o 15 minutos o aperturas parciales durante unos 20 o 30 minutos. También es útil disponer de un higrómetro para conocer la humedad del aire.

En general, toda esta circulación del aire permitirá que se oxigene y facilitará la expulsión de las partículas de polvo y los ácaros. Además, regulará la humedad del ambiente y eliminará los malos olores.

La luz solar, clave

Por último, pero no menos importante, son los rayos ultravioleta, que actúan contra los microorganismos, por lo que también es beneficioso que la luz del sol alcance las mayor cantidad de espacios posibles de la vivienda. La luz solar directa puede desinfectar y esterilizar el ambiente de microorganismos patógenos en las superficies más rápidamente, así como higienizar y purificar el aire del ambiente.

En definitiva, al ventilar se obtienen grandes beneficios como la reducción de la concentración de CO2, que en grandes densidades provoca que la respiración sea más fatigosa dado que desplaza el oxígeno del aire. Además, ventilar disminuye las partículas orgánicas volátiles. Y permitir que entren los rayos de sol tiene un efecto desinfectante en el entorno.

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