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¿Intestino inflamado? Lo que debe saber sobre la Enfermedad Inflamatoria Intestinal

La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) abarca dos condiciones: la colitis ulcerativa y la enfermedad de Crohn, las cuales son enfermedades inflamatorias crónicas que afectan principalmente el tracto gastrointestinal, siendo poco comunes, y teniendo un impacto predominante en el colon e intestino delgado. Se estima que, en Colombia, para el año 2020, se contabilizaron más de 42 mil personas con diagnóstico de EII.

La enfermedad de Crohn: causas, síntomas y tratamientos

Crohn es una patología que, a diferencia de la colitis ulcerosa, puede afectar a cualquier parte del tracto digestivo y en la que la inflamación compromete todo el espesor de la pared intestinal. Hasta el momento, se desconoce la causa exacta de esta enfermedad inflamatoria intestinal.

Sin embargo, existen dos causas asociadas. La primera es el mal funcionamiento del sistema inmunológico. Cuando el sistema inmunitario intenta combatir una bacteria o virus invasor, se produce una respuesta inmune atípica, lo que provoca que el sistema ataque también a las células en el tracto digestivo.

Otra causa es el factor hereditario, ya que se afirma que la padecen más a menudo las personas con antecedentes familiares.

Los signos más comunes de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) incluyen diarrea, cansancio, sensación de malestar y dolor abdominal, presencia de sangre en las deposiciones, reducción del apetito y pérdida de peso no intencional.

Si estos indicios se manifiestan, es esencial buscar orientación médica para determinar no solo las áreas inflamadas del intestino, sino también la gravedad de las lesiones. Esto permitirá al profesional de la salud comenzar un tratamiento individualizado y adecuado para cada caso.

Los tratamientos disponibles para abordar esta enfermedad pueden variar tanto por la gravedad del cuadro clínico como por el estadio de avance en el paciente. Entre las opciones terapéuticas más frecuentes, se incluyen los medicamentos especializados con los inhibidores del sistema inmunológico, los agentes biológicos y los antibióticos de uso médico. Es importante destacar que, en muchos casos, estos tratamientos van acompañados de medidas de apoyo nutricional y orientación dietética para potenciar sus efectos beneficiosos.

Colitis ulcerativa solo afecta al colon

Mientras que la colitis ulcerativa solo afecta al colon, la enfermedad de Crohn puede afectar a cualquier parte del tracto digestivo, desde la boca hasta el ano, siendo el colon y el íleon terminal las localizaciones más frecuentes.

En la colitis ulcerativa, los cambios inflamatorios se limitan a la parte interna del intestino, la capa mucosa, por lo que se inician siempre en el recto y afectan al colon de forma continua. En cambio, en la enfermedad de Crohn, la afectación es transmural y discontinua.

Desde el punto de vista clínico, los principales síntomas de la colitis ulcerativa son la presencia de sangre y moco en las heces y, en el caso de la enfermedad de crohn, el dolor abdominal y la diarrea.

Ana Cristina Ochoa, directora Médica de Takeda, compartió 5 datos que se deben tener en cuenta para el diagnóstico sobre la enfermedad de EII:

  • Es importante que los profesionales de la salud puedan conocer la enfermedad de EII y su tratamiento a través de entrenamientos para lograr un diagnóstico oportuno.
  • Iniciar un tratamiento específico de forma temprana mejora los resultados, evita complicaciones y ayuda a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
  • No es normal tener manifestaciones intestinales de forma recurrente. En caso de tenerlas, podría tratarse de un síndrome de inflamación intestinal crónica.
  • Es importante vigilar y estudiar la familia de un paciente cuando se encuentra afectado por la enfermedad de EII crónica.
  • “Con un diagnóstico oportuno, las posibilidades de recibir tratamientos adecuados que se ajusten al progreso de la enfermedad aumentan. Estar alerta ante los signos de alarma y someterse a exámenes médicos de rutina puede ayudar a los pacientes a llevar esta enfermedad crónica de manera más efectiva”, concluye Ana Cristina Ochoa, directora Médica de Takeda.

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