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“Petro no está enfermo ni es adicto”: el ministro Ricardo Bonilla responde a las críticas sobre la salud del presidente

Los incumplimientos o llegadas tardes a citas que estaban programadas en su agenda han sido combustible para que en el país se cuestione el estado de salud del presidente Gustavo Petro. ¿Por qué no ha llegado Petro al encuentro que tenía con los empresarios, o por qué no llegó para la foto de clausura de la Cumbre Amazónica en Brasil? Son algunos de los interrogantes que alimentan un sinsabor sobre si el Jefe de Estado tiene problemas de salud o si simplemente tiene dificultades para organizar su agenda.

A las críticas, por las que incluso le exigieron que se realice exámenes o se ponga en mano de especialistas y haga público los resultados al país, el presidente ya respondió. “Ahora quieren confundir el que no vaya a un evento a que tengo supuestas enfermedades”, dijo hace días en su cuenta de X (antes Twitter). “No, señores, al presidente no le pueden llevar a groseras encerronas. Cuando hablamos de acuerdo nacional hablamos con franqueza. Con marullas no pierdan tiempo conmigo”, avanzó en su explicación.

Lo cierto es que el primer mandatario de la Nación ha dejado plantados o ha llegado tarde, no una, ni dos, ni tres veces, a empresarios, líderes sociales, líderes políticos extranjeros, militares, congresistas, magistrados, alcaldes, entre otros. Los retrasos o inasistencias en su agenda son más de 80 en el año que lleva de gobierno.

El tema es delicado, por eso aunque haya dudas, nadie se atreve a lanzar un pronóstico más allá de los rumores sobre un supuesto problema con el alcohol. Sin embargo, esta semana el presidente protagonizó una nueva diatriba con la excandidata presidencia Íngrid Betancourt.

La exsenadora sugirió en una entrevista con la revista Semana que el presidente tiene problemas “depresivos o de adicción” y no es la primera vez que lo dice, pues en un debate presidencial en 2022, ella le enrostró que en su época de agregado diplomático en Bruselas lo visitó y lo vio “en una gran depresión, tirado en el piso, sin poder moverse”.

El mandatario le respondió en X y la calificó como una “mala persona” a la que le gustaría no haber conocido y de la que solo recibe calumnias. En cuanto a los supuestos trastornos mentales que lo aquejarían, Petro fue categórico en señalar que no sufre de depresión. “No, yo no tengoEso nunca ha estado en mi existencia” y agregó que la versión de Betancourt sobre el episodio en Bélgica no es más que un “chisme”.

Los rumores han sido alimentados no solo por contradictores del presidente Petro. A su entonces embajador en Venezuela, Armando Benedetti, se le escuchó insinuar en unos audios revelados por Semana, en pleno escándalo por las chuzadas y amenazas en la Casa de Nariño a la exniñera de Laura Sarabia, que no le quisieron dar el puesto político que pedía (la jefatura del Ministerio de Relaciones Exteriores) porque también consumía cocaína.

“Después de todo, ella me dice: “No, es que hay un problema de cocaína, no sé qué vaina”. Y yo le dije: “ah, qué bien…”, aseguró Benedetti haciendo referencia a la vez que la exjefe de Gabinete de Petro le ofreció la Cancillería, pero luego le retiró la opción.

Esa situación, dejó entrever Benedetti en el audio, más que ofenderlo lo sorprendió porque insinuó que el presidente Petro también sería consumidor de cocaína, y así las cosas, él tampoco podría entonces tener un lugar en el Gobierno. “Yo le dije: ah, no, tu jefe no hace un culo, si fuera por eso, qué hace el man ahí”, resaltó el exembajador de Colombia en Venezuela.

Sobre los rumores respecto a la salud del presidente, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, fue consultado en entrevista con Semana y no solo dijo que están invadiendo la privacidad del jefe de Estado, sino que descartó que Petro tuviera algún problema con el consumo de drogas.

“El presidente no está enfermo y tampoco es adicto. Entre otras cosas, él no toma, a lo sumo lo que hace es consumir gaseosas, de las cuales puede decir después no me gustan, pero las puede consumir”, aseguró Bonilla.

Sobre su ausentismo, el presidente ha asegurado que se debn en parte porque “extraños te hacen tu agenda” y, según él, lo han saturado de eventos, lo que ha terminado por agotarlo físicamente.

En entrevista con la revista Cambio, el mandatario dijo que los problemas de su agenda no están relacionados con problemas de salud y que él estaba acostumbrado a hacer su cronograma y ahora no es así. “… al principio eran sábados, domingos y hay un momento en que uno dice no más. Yo necesito mis equilibrios, el cansancio permanente es un mal consejero. Si usted se excede, pues no va a pensar bien, va a cometer errores y en este caso yo no puedo darme el lujo de cometer muchos errores”.

“En las giras internacionales los equipos empiezan a organizar como si uno no durmiera. A exprimir al máximo esas oportunidades que no se repiten. Al principio eran sábados, domingos y hay un momento en que uno dice no más. Necesito mis equilibrios, el cansancio permanente es un mal consejero. Si usted se excede, pues no va a pensar bien, va a cometer errores y en este caso yo no puedo darme el lujo de cometer muchos errores”, apuntó el presidente.

(El Colombiano)

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