Zenu Digital

Sobre la Reina Guajira

Por: Oscar Emilio Melendres Garcés

Finalizamos 2023 casi que saturados hasta la saciedad con la letra y la melodía de una canción que se adentró con fuerza en todos los rincones de la región Caribe, si no es que de todo el país.

Reina guajira, fue el éxito indiscutido de fin de año y sigue sonando de forma impresionante durante esta época de cabañuelas.

Bien vale la pena remembrar aquellas líneas escritas en 1.997 por la Cacica, Consuelo Araujo Noguera, publicadas por el diario El Tiempo el 9 de febrero de dicha anualidad y que posteriormente también hicieron parte de la revista del Festival de la Leyenda Vallenata de esa versión.

En el mencionado escrito la extinta Cacica expresó: “…Cuando estábamos hasta la coronilla y a punto de asfixiarnos bajo las toneladas de basura que con el nombre de vallenatos nos han caído encima, José Alfonso el Chiche Maestre se nos vino con todo un señor canto. Un canto con toda la hondura del sentimiento y la fuerza de su alma…” Se refería Consuelo Araujo Noguera a la canción Ahí vas paloma, interpretada por la inconfundible voz de Tomás Alfonso Zuleta Díaz, la cual fue considerada como la mejor composición de música vallenata de la década de los noventa.

Muchos años después se nos vuelve a aparecer José Alfonso, El Chiche, Maestre con una expresión auténtica del vallenato grueso, como llaman algunos al vallenato raizal o tradicional. Hay que destacar que la esencia poética del autor se conserva. Se mantiene esa búsqueda permanente del amor ideal, búsqueda misma en la que Chiche Maestre pareciera perder cada batalla que enfrenta, pero que al final nos muestra que es ganador indiscutido porque pone de manifiesto la libertad del alma frente a la trampa de amores que pretenden engañar el noble corazón de un guajiro enamorado.

Pero Chiche Maestre necesitaba a alguien que no solamente cantara esta canción, era necesaria la interpretación de un artista que impregnara de sentimiento y que sintiera como propia esta página. Aparece entonces, en el escenario Elder Dayán, quien al mejor estilo de su padre Diomedes Diaz, le pone todo el meque necesario para complementar una creación que como lo escribió la Cacica, “…logró que se nos volviera a erizar la piel y nos hizo poner de pies para escucharlo como se escuchan los buenos vallenatos: en silencio, con emoción y respeto.

De paso, puso las cosas en su puesto y prendió una luz que ha clarificado el panorama de la música vallenata oscurecido poco a poco por el vaho de tanta basura en descomposición…”

Es placentero comprender que la vena poética de Chiche Maestre sigue intacta, creando versos a partir de amores furtivos, que lo laceran, hieren y castigan. Genera tranquilidad el saber que esa línea romántica puede ser manejada por el autor sin necesidad de caer en la cursilería o el llanto desmedido que le han querido introducir a la música vallenata.

Lo que más me identifica con aquel viejo escrito de la Cacica es lo siguiente: “…Y que Maestre me perdone, pero digo lo que muchos estamos pensando: benditas sean las noches tristes de sus expectativas y sus desvelos en el nido que se rompió y la dura experiencia vivida con ese huracán de sentimientos al que quiso creerle todas sus mentiras… si de todo eso nació este canto hermoso que entra a la lista de los antológicos en la música vallenata…”

Noticias relacionadas