Zenu Digital

Cultura

Jorge Oñate: inmortal

El legado del “Jilguero de América” permanece vivo en la historia del vallenato

Por: Jairo Aníbal Doria

Hoy, 28 de febrero, se cumplen cuatro años del fallecimiento de Jorge Oñate, una de las voces más emblemáticas del vallenato, cuya huella musical sigue intacta en la memoria de sus seguidores.

El 29 de abril de 2021, MINTIC emitió una estampilla en honor a Jorge Oñate

Oñate, conocido como El Jilguero de América y El Ruiseñor del Cesar, dejó una obra trascendental que consolidó la evolución del género, llevándolo a nuevos niveles de reconocimiento y excelencia.

Desde sus inicios en los años 60, su vida artística estuvo marcada por una férrea disciplina y una insaciable búsqueda de la perfección.

No aceptaba el segundo lugar; su objetivo siempre fue la cima. Esa determinación lo llevó a trabajar incansablemente en cada interpretación, cada grabación y cada presentación en vivo, asegurándose de que su voz resonara con fuerza en el universo vallenato.

El primer gran capítulo de su carrera se escribió junto a los Hermanos López, con quienes grabó nueve producciones que aún hoy son referencia obligada en la música vallenata.

De esta época nacieron clásicos como Berta Caldera, El cantor de Fonseca, Amor sensible, Recordando mi niñez y No voy a Patillal, canciones que, más que éxitos, son relatos de la cotidianidad del pueblo caribeño colombiano.

Jorge Oñate y los Hermanos López

Pero su impacto en el folclor no solo se limitó a las grabaciones.

En 1972, en el Festival de la Leyenda Vallenata, marcó un hito al acompañar con su canto y guacharaca a Miguel Antonio López Gutiérrez, quien se coronó Rey Vallenato sin haber interpretado una sola canción.

Este hecho le valió a López el apodo de El Rey mudo, pues la voz de Oñate fue suficiente para conquistar al jurado con un repertorio que incluía temas de Luis Enrique Martínez, Vicente Munive, Francisco Rada y Juan Muñoz.

A lo largo de su trayectoria, Jorge Oñate acumuló un impresionante palmarés: 25 discos de oro, 7 de platino y 6 de doble platino.

Su voz, caracterizada por su fuerza y elegancia, fue la encargada de dar un giro al vallenato tradicional, alejándolo del formato de juglar y posicionando al cantante como figura central dentro de las agrupaciones.

En los años 2000, decidió unir su talento con el joven acordeonista Christian Camilo Peña, con quien grabó cuatro discos que demostraron que su estilo seguía vigente en el nuevo siglo.

En 2016, volvió a sorprender con Patrimonio Cultural, un reencuentro con el acordeón de Alvarito López, con quien había cosechado grandes éxitos dos décadas antes.

Sus últimos años estuvieron marcados por lo espiritual.

En 2018, tras superar una complicada cirugía, anunció su conversión al cristianismo y su intención de grabar un álbum vallenato dedicado a Dios.

Jorge Oñate no se conformó con ser un intérprete más: hizo historia, redefinió el papel del cantante vallenato y dejó una herencia musical que trasciende el tiempo.

Lamentablemente, muchos de sus sueños quedaron inconclusos. El 28 de febrero de 2021, en Medellín, tras superar el COVID-19, sufrió complicaciones derivadas de una pancreatitis.

El día de su despedida, el pueblo vallenato lo lloró como a un rey.

Su cuerpo fue trasladado a Valledupar, donde recibió homenajes multitudinarios antes de su sepelio en La Paz, Cesar, su tierra natal.

En el trayecto, una caravana de seguidores y músicos lo acompañó, cantando las canciones que, generación tras generación, han mantenido vivo su legado.

Hoy, su voz sigue resonando en parrandas, festivales y en cada rincón donde el vallenato se siente como una expresión de identidad.

Noticias Relacionadas

Mira también
Cerrar