José Emigdio Doria García, un Conservador con alma progresista

Por: Eliecer Doria Ferrer

De formación jurídica, este historiador y filósofo de serena tradición conservadora, se mantuvo siempre abierto al pensamiento progresista de la socialdemocracia contemporánea.
Sus conciudadanos lo llevaron a la Asamblea Departamental de Córdoba, donde fue un hombre de implacable llama, predicando normas de moralidad política en una sociedad corrompida hasta sus cimientos.
Conocía el origen del nombre Gallinazo de su pueblo y no le simpatizó que lo cambiaran por el nombre de Nariño.
Siguió siendo el custodio de la memoria histórica de Gallinazo y se deleitaba enseñando que inicialmente existió el poblado con el nombre de Palo de Agua.
Cuando surgió el pueblo vecino, los fundadores optaron por echarle un “vainazo” a Palo de Agua, argumentando folclóricamente que el gallinazo se elevaba y podía hacer sus “necesidades” por encima del elevado y orgulloso Palo de Agua.

En la década del 60, eran referentes de la familia Doria del Caribe colombiano: en Córdoba, el diputado conservador Luis Felipe Doria; en el Atlántico, su hijo, el también diputado Pedro Claver Doria.
En Bogotá existía una especie de “Embajada Doria”: era la casa del barrio La Candelaria, hogar de Jorge Doria, hermano de Luis Felipe y tío de Pedro Claver.
Era el asesor perpetuo de los congresistas godos de Córdoba, labor que realizaba en compañía de su esposa samaria, Zoila Díaz Granados de Doria.
Siendo pelados (de edad y de bolsillo), coincidimos con José Emigdio en la Embajada Dórica de Bogotá. Allí nació nuestra amistad. Nos veíamos cada cierto tiempo.
Era el referente obligado de Gallinazo. En los últimos dos años, compartimos en las festividades del pueblo.
Llevaba sus padecimientos de salud con dignidad, decoro y con cierto sentido del humor.
Hoy, ha cumplido con la formalidad de morirse. Un acontecimiento lamentable y doloroso para toda la familia Doria de Colombia.
Paz inverencial, querido José Emigdio.