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¿Y el control fiscal de los recursos?


Causa conmoción e intriga los escándalos suscitados recientemente con la ministra TIC, Karen Abudinen. No es para menos teniendo en cuenta que  ha estado en el centro de opinión en las redes sociales, especialmente en Twitter  al conocerse la noticia de que el Ministerio habría adjudicado un millonario contrato a un contratista con cero  experiencia en el área y habría presentado 3 pólizas falsas. Además se hizo un desembolso nada más que por el valor de  70 mil millones de pesos por concepto de anticipo que no fue ejecutado. La Contraloría General por el momento  se ha jugado de los tres monos: ciega, sorda y muda.

La  denuncia del millonario desfalco ya había sido publicada semanas atrás por la W Radio, quienes alegaron  que se concedió un contrato por 1 billón de pesos a la Unión Temporal de Centros  Poblados para que se realizara la construcción de 7 mil puntos digitales en las zonas que más tienen difícil acceso en Colombia y que esto resultaría beneficiando  a cientos de niños de nuestro país.

Por si fuera poco, mucho descaro del contratista al  presentar tres pólizas las cuales eran falsas para que se llevara a cabo la consecución del contrato  y burlarse del control fiscal, al no contar con la experiencia, ni los equipos técnicos y mucho menos los recursos para poder ejecutar a cabalidad con el mentado proyecto de implementación de dispositivos.

Pese a  lo anterior, el detonante principal  de este contexto fue cuando se conoció a la luz pública el desembolso de la suma de 70 mil millones de pesos por un trabajo que jamás fue ejecutado. Tras destaparse este escándalo, los comentarios en las redes sociales  se apoderaron de la atención  y además se evidenció que la MinTIC tendría fuertes conexiones con el clan Char de Barranquilla y es que en las redes se le acusa de estar directamente vinculada con la desaparición de esta millonaria suma, sin embargo ella asegura que se arrebatara  hasta las últimas consecuencias para que sea recuperado el caudal que habría sido entregado a ella.

Es increíble así las cosas, que en  Colombia se pierdan 70 mil millones de pesos y la Ministra se lave las manos, adjudicándola la culpa al contratista  y siga como si nada hubiese pasado. Lo más grave e inconcebible  es que las denuncias vienen desde el año pasado y hasta ahora es que se arma un minúsculo escándalo que se acrecentó gracias a las voces de indignación en las redes sociales y opiniones de congresistas y juristas destacados. No hay ninguna renuncia ni investigaciones serias y comprometidas por parte de las autoridades”.

Por ejemplo, en la red social Twitter se pueden leer comentarios como el siguiente: Qué gran contradicción de lo expuesto y prometido por un gobierno que quiere supuestamente  acabar la corrupción y para ello nombra a funcionarios del partido de gobierno, con este accionar  se evidencian malos manejos en los contratos, celebración indebida de estos, y aun así , al final nada pasa, se pierde la plata al final  y todo queda en la impunidad. Esto es lo más probable que sucedería.

En otros comentarios, un poco más soeces se puede leer lo siguiente: “Se robaron 70 mil millones de pesos así no más. Normal en un país que se fija más en los zapatos, los viajes y el computador que usa un político de izquierda. ¡Que gonorrea la corrupción tan hijueputa, panas!”, “Mucha bulla por una deuda que tiene un plazo de siete  años todavía para pagarse, pero de los 70 mil millones que se robaron ahí si por lo bajito”, fueron algunas de las reacciones.

 Por obvias razones la indignante la polémica por las presuntas, (por no decir cínicas) irregularidades que involucran a la actual ministra de las TIC, Karen Abudinen, por la suscripción del embolatado  contrato, desde el Ministerio, con un cuestionado consorcio, que tiene en riesgo de pérdida más de $70 mil millones de pesos, que se habían destinado para la instalación de equipos digitales en zonas apartadas del país tiene en vilo la integridad y transparencia de los desembolsos a servidores de entidades públicas y contratistas del estado.

Por esta engorrosa  situación que solo sucede aquí en Colombia, un grupo de diecinueve congresistas de la oposición y de partidos independientes radicaron  una propuesta para citar a la ministra Abudinen a un debate de moción de censura en la Cámara de Representantes, que es acompañado por el pedido previo para que renuncie al cargo debido a estas posibles irregularidades con el contrato.

Aunado a lo anterior, la representante a la cámara Katherine Miranda hizo conocer su concepto  manifestando en sus redes  que  “no es admisible desde ningún punto de vista  que la ministra licite y realice adelantos por cuantías de $70 mil millones, y creer que no haya tenido conocimiento de la existencia o veracidad de las garantías de cumplimiento aportadas por esta unión temporal, donde las pólizas presuntamente son falsas”. Claramente tiene razón la representante a sabiendas de que el Gobierno, por un lado, tiene un discurso de rigidez, ostentando trasparencia y rectitud en las contrataciones, aunque por otro lado, no se erige un control fiscal serio de los recursos y para rematar se da el lujo de entregar este dinero sin ningún tipo de respaldo. ¡Cosas que solo se ven en este país!

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