Santiago de Chile. Una contundente mayoría en Chile rechazó la propuesta de una nueva constitución que buscaba cambiar la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989), y suscitó fuerte polémica, en un resultado que superó las expectativas más optimistas de la oposición.
Más de 15 millones de electores estaban convocados a las urnas en una jornada con alta participación por voto obligatorio y en gran parte del país se impuso la opción en contra de la Constitución.
Con el 88,08% de los votos escrutados, el “Rechazo” se imponía con 62% frente al “Apruebo” que obtuvo 38%, informó el servicio electoral.
El proyecto de 388 artículos y 57 disposiciones transitorias, consagraba una “plurinacionalidad” indígena, que en opinión de la mayoría dividiría al país y crearía un grupo privilegiado. Asimismo, el texto propuesto establecía un nuevo catálogo de derechos sociales en salud, aborto, educación y pensiones, que tampoco suscitaron la adhesión que buscaban sus proponentes, con un marcado énfasis medioambiental, que en los hechos hacía responsable al gobierno de la adopción de medidas destinadas a frenar la crisis climática.
El texto mantenía la economía de mercado, pero en otro orden, implicaba grandes cambios respecto del Estado de derecho. Por ejemplo, debilitaba el derecho de propiedad, al eliminar la compensación previa y a precios de mercado cuando se produjeran expropiaciones.
La propuesta enfocaba al Tribunal Constitucional, cambiándole la denominación, y apartándolo de algunas competencias y los nombramientos en el Poder Judicial, que pasaban a un Consejo Judicial.
Esos puntos suscitaron opiniones divergentes que se tradujeron en el rechazo de la nueva Constitución chilena por amplia mayoría.
