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El defecto de generalizar todo

Por Antonio Navarro Jr.*

Es cierto que como seres humanos los defectos están inmersos en nuestras personalidades, mas no por eso debemos dar por descontado que no podemos superarlos, pues es bien sabido que tenemos la facultad natural de moldear nuestra personalidad y de mejorar como personas.

Uno de esos defectos, aparentemente insignificante, en que caemos muchos es el de generalizar al lanzar cualquier juicio sea positivo o negativo. No es tan baladí como creemos, pues en la conciencia colectiva se van creando esas ideas, que pueden pasar a ser “verdades” que en algún momento pueden causar daño o generar peligro en los demás.

Los políticos, los venezolanos, los adictos, la población diversa, los del partido contrario, los mototaxistas, los cobradiarios, los gobernantes… en fin. Así podríamos registrar una lista interminable de ítems que son objeto frecuente de expresiones generalizadas que tergiversan la realidad de los hechos y el valor de la opinión.

No todos los políticos son corruptos ni todos los venezolanos migrantes son delincuentes, como tampoco todos los gobernantes son malos ni todos los cobradiarios patanes ni todos los mototaxistas abusivos, por solo citar algunos ejemplos negativos de lo que escuchamos a diario en el comentario colectivo de la gente.

No son pocos los que tienen la manía de generalizar en todo, pues quienes lo hacen piensan, equivocadamente, que así le dan más fuerza a su opinión o que así lo que digan se vuelve una afirmación ‘contundente’ que no da lugar a dudas, pero que muchas veces solo son suposiciones. En rigor, estas generalizaciones que reproducen la realidad objetiva no son argumentos, sino simples exposiciones de hechos y, como tales, no precisan de razones.

En nuestra vida cotidiana también hay que ser justos a la hora de expresar una opinión o de lanzar un juicio sobre algo o alguien y no tomar una situación específica y volverla general creyendo que con eso le estamos dando importancia a nuestra opinión. Cada cosa en su lugar, a cada quien lo de cada quien. No hay que olvidar que las conductas personales son individuales. No generalicemos.

*Periodista, tallerista, director de la Corporación Contacto Joven.

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