La relación entre ser humano y animal siempre ha generado ciertas dudas entre los tenedores de mascotas, pues además de convertirse en parte esencial e indispensable de la familia o del hogar, es increíble ver cómo pueden entender lo que uno les dice o incluso, lo que uno siente.
Es por eso que, al paso de la historia, esta conexión ha sido producto de estudio de los cuales se han conocido varios relatos en los que se dice que existe una comunicación inter-especie, es decir, la comunicación entre los humanos y los animales.
Sin embargo, es de destacar que los animales, en cada especie, usan diversos medios para transmitir lo que quieren decir y, asimismo, sus cuidadores lo entienden. Vocalizaciones, gestos, posturas corporales y feromonas, son algunos de los métodos de comunicación de estos.
Hay estudios que resaltan que la interacción entre sí y transmitir lo que necesitan o sienten, puede prolongarles la vida. Generalmente, las aves se comunican entre el canto, los leones con sus rugidos, y los peces tienen un baile de cortejo.
Por su parte, los seres humanos han desarrollado lenguajes y formas de comunicación verbal que, si bien ayudan a expresar ideas hacia los animales, se tienden a utilizar palabras simplificadas que las mascotas van adaptando debido a los comandos básicos, tonos de voz específicos y señales visuales.
La interpretación de los animales varias según la especie y el individuo. Según expertos, los caballos y los perros han sido domesticados en el desarrollo de una habilidad para comprender señales y comandos humanos.
Es por eso que, pueden entender acciones como ‘siéntate’ o ‘vamos’ y así mismo, hay estudios que comprueban que los perros pueden identificar el tono de voz, la voz humana y hasta comprender cada una de las emociones de una persona, como felicidad, enojo y tristeza.
Del mismo modo, suelen entender la entonación y de allí pueden saber si están recibiendo un regaño. Incluso, se pudo evidenciar que los perros son los animales más sensibles a la entonación de la voz que a las palabras en sí.
Además, las expresiones faciales y las posturas corporales, que son utilizadas por los entrenadores de animales, quienes suelen combinarlas con señales visuales que les ayudan a su comprensión.
No obstante, aunque pueden entender, la compresión comparada a la de los humanos, es limitada.