William Caldera Pantoja, un hijo del municipio de Sahagún, en el departamento de Córdoba, es el único colombiano entre los 50 finalistas al premio al mejor maestro del mundo que entrega Global Teacher Prize 2023.
El premio, establecido desde el año 2014 por la Fundación Varkey, con sede en el Reino Unido, reconoce y honra la labor excepcional de maestros y educadores sobresalientes de todo el mundo. Esta fundación es una organización sin fines de lucro que desarrolla programas de formación y celebra la tarea docente porque cree que cada niño merece un gran maestro. Desde Argentina, impulsa acciones para transformar las escuelas de todo Latinoamérica.
Este premio lo entregan cada año y el ganador se hace acreedor a un efectivo y además es embajador global para promover la excelencia educativa y compartir las mejores prácticas en el campo de la enseñanza.
La innovadora estrategia con la que William compite a nivel mundial se denomina “¡Vamos a cine!”, y con ella no sólo ha revitalizado el aprendizaje de la lengua inglesa, sino que también ha cosechado elogios nacionales e internacionales. Sus estudiantes no sólo recrean películas, sino que las comparten con diversas comunidades, extendiendo el impacto de su trabajo más allá del aula.
Al apoyar la educación sobre el cambio climático, con sus compañeros docentes, hacen hincapié en la concientización y la acción medioambiental entre sus alumnos con proyectos como la botella gigante para recoger plásticos desechados para reciclarlos “De la basura a la botella”. Al incorporar la ciudadanía global a su enseñanza, William fomenta la colaboración, el análisis crítico de las tecnologías de la información y la comunicación y la apreciación de la diversidad cultural. Sus alumnos no son meros aprendices, sino participantes activos en su propia educación, capacitados para impulsar un cambio positivo en las comunidades donde algún día lleguen a ser docentes.
¿Quién es William?
William Caldera Pantoja es profesor de inglés en la Escuela Normal Superior Lácides Iriarte de Sahagún, en Córdoba. Emprendió una singular trayectoria docente. Inicialmente se dedicó a la arquitectura, pero reorientó su camino hacia el lenguaje y las letras, que se convertirían en su pasión de toda la vida.
Las limitaciones económicas le llevaron a desistir de sus estudios de arquitectura y con el apoyo del rector del Liceo Sahagún, colegio donde terminó sus estudios de bachillerato, comenzó a ejercer la docencia como profesor de inglés en primaria, ampliando gradualmente sus responsabilidades a secundaria. A pesar de enfrentar dificultades económicas, retomó sus estudios en la Universidad del Sinú en Montería, demostrando una determinación inquebrantable. En el día trabajaba como docente y en la noche viajaba hasta la capital de su departamento, Montería, para continuar sus estudios de lenguas.
A lo largo de su carrera, a William lo ha impulsado una pregunta fundamental: ¿Cómo motivar a los estudiantes y crear una experiencia de aprendizaje atractiva?. Esta pregunta lo impulsó a buscar metodologías de enseñanza innovadoras y a trascender los límites de la educación tradicional.
Un momento crucial en su trabajo como docente, fue aquel cuando, comisionado por el rector de su Normal, asistió a una reunión de rectores de colegios en Cali y descubrió a un profesor que proyectaba películas con mensajes educativos a los estudiantes que serían futuros profesores. Inspirado en ello, inició sesiones de cine los viernes por la noche con sus alumnos que también se estaban formando como futuros docentes de Colombia, fomentando así rápidamente su interés por una temática diferente. Reconociendo el potencial del cine como herramienta pedagógica, lo incorporó a la enseñanza del inglés, observando un notable aumento de la motivación de los alumnos y eso es lo que hoy lo hace destacable entre los mejores 50 maestros del mundo.
