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La ternada Amelia Pérez renunció a su postulación como fiscal general de la Nación

La elección de la próxima fiscal general de la Nación dio un giro inesperado minutos antes de que la Sala Plena tomara la decisión después de no haber llegado a un acuerdo el pasado viernes, 8 de marzo.

Minutos antes de que los magistrados tomaran la gran decisión que abarca a todo el país, la ternada Amelia Pérez, se presentó en la Corte Suprema de Justicia con carta de renuncia en mano.

“A través de este escrito, quiero expresar, y presentar, a usted y por su intermedio a los 22 honorables magistradas y magistrados que integran la Corporación qué, históricamente, ha encarnado la majestad de la justicia en nuestro país RENUNCIA CON CARÁCTER IRREVOCABLE, a la terna que en su momento el Señor Presidente de la República, doctor GUSTAVO PETRO URREGO puso en consideración de ese máximo Tribunal de Casación, para que de ella se elija Fiscal General de la Nación, ante la sobrevinencia del vencimiento del periodo constitucional de quien regentaba dicha institución”, se lee en la carta de renuncia de Amelia Pérez.

Según Pérez, esta decisión obedece a todos los sucesos que ha implicado la elección de la próxima fiscal general de la Nación.

Asimismo, la ternada que, hasta la semana pasada era la favorita, hace referencia a los violento mensajes y comentarios que su pareja, Gregorio Oviedo, ha hecho últimamente en redes sociales. 

A través de su cuenta X, el esposo de Amelia Pérez arremetió en contra de periodistas, políticos, magistrados y hasta en contra de la misma Corte Suprema de Justicia. Esta es una de las razones que llevaron a la ternada a dimitir de la posibilidad de ser fiscal general de la Nación. 

“La decisión tomada, HH magistradas y magistrados, obedece al surgimiento e interferencia de factores extraños a una tranquila y pacifica elección, los cuales han sido atravesados por episodios perturbadores, como, por ejemplo, el cuestionamiento a opiniones ajenas a la suscrita difundidas en las llamadas redes sociales, pero que, absurdamente, han sido a mí atribuidas sin fundamento alguno, en una anormal postura de querer aplicar el inexistente “delito de opinión” con el agravante que tales opiniones son elaboración exclusiva, y excluyente, de un tercero, pero que sus consecuencias, increíblemente, deben ser asumidas por persona distinta a quien las emitió, en un claro desconocimiento del principio universal del derecho penal, según el cual, la responsabilidad es estrictamente individual y/o personal”, argumenta en su carta Pérez.

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