Ciudad del Vaticano, 13 de abril de 2025 — En un gesto que conmovió al mundo católico, el Papa Francisco hizo una aparición sorpresiva este Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro, marcando con fuerza el inicio de la Semana Santa.
La presencia del pontífice argentino, aún en recuperación tras una prolongada hospitalización, fue recibida con emoción por miles de fieles congregados.
Sin previo aviso, el Santo Padre se dejó ver al término de la misa, saludando desde su silla de ruedas, sin asistencia de oxígeno y visiblemente animado.
Su reaparición pública ocurre tras 38 días de internamiento en el Hospital Gemelli de Roma, donde fue tratado por una neumonía bilateral y otras complicaciones respiratorias.
Más tarde, el Papa —de 88 años— visitó en privado la basílica de Santa María la Mayor, uno de los santuarios más significativos de la capital italiana. Llegó en silla de ruedas y con asistencia respiratoria, acompañado por su equipo médico.
Llevaba consigo una ofrenda floral y permaneció unos minutos en silencio frente al tradicional icono de la Virgen, una imagen que visita con frecuencia en momentos clave del calendario litúrgico.
Desde su entorno aseguran que, a pesar de que continúa en recuperación, el Papa decidió acercarse a la basílica a pocas horas del inicio de la Semana Santa como una muestra de su compromiso con la celebración religiosa y con la comunidad de fieles.
La inesperada presencia del pontífice fue recibida con vítores, oraciones y gestos de cercanía por parte de los presentes.
En un clima de recogimiento y esperanza, su aparición reforzó el espíritu colectivo de fe con que millones de personas en todo el mundo dan inicio a la Semana Santa.
La Santa Sede no ha emitido aún un comunicado oficial sobre su estado de salud, aunque su breve participación, envía un mensaje claro: Francisco, aún frágil, sigue decidido a acompañar espiritualmente a su comunidad en los momentos más significativos del calendario litúrgico.
