Barranquila. Hoy se cumplen nueve años del fallecimiento del cantante Joe Arroyo.
Voz inconfundible en América Latina, estrella mundial de la salsa, Joe Arroyo fue el gran héroe de la música folklórica contemporánea en Colombia. Cantar siempre fue su camino, escogido por él, uno de los treinta y nueve hijos que tuvo su padre con distintas mujeres.
Álvaro José Arroyo González nació en Cartagena el 1° de noviembre de 1955. Sin educación musical, y luego de cantar en el coro del colegio, fue convocado por Rubén Darío Salcedo, quien lo bautizaría como “Joe”, para hacer parte del Súper Combo Los Diamantes. Luego pasó a la orquesta La Protesta y al poco tiempo pasó a la banda salsera de Fruko y sus Tesos, donde estaría casi diez años.
Joe Arroyo grabó con otros grupos, como The Latin Brothers, Pacho Galán y con Los Titanes, La Sonora Guantanamera, Wganda Kenya y Afrosound, entre otras. Luego de su paso por la orquesta de Fruko, el Joe hizo su lanzamiento como solista con su orquesta La Verdad y en 1986 graba su tema “Rebelión”, una de sus canciones más importantes, que relata la tragedia de la esclavitud en América Latina. También grabó importantes canciones salseras, como “Mary”, “Yamulemau”, “En Barranquilla me quedo” y “Pa’l bailador”.
El Joe se consolidó como uno de los ídolos de la música colombiana, con un sonido único que nadie podía imitar y una popularidad que solo podía ser disputada por el Grupo Niche, la orquesta dirigida por Jairo Varela. Sin embargo, el cartagenero marcaba una gran diferencia musical, pues también hacía de sus canciones una combinación de ritmos caribeños y africanos; mezcla que después sería bautizada como “Joeson”.
Además de sus ritmos llenos de personalidad, el Joe tenía otro sello único: el caballito, esa contracción de la garganta que sonaba como el relincho de caballo y que era tan particular en sus canciones. Todo esto hizo de Álvaro José Arroyo González un artista irrepetible.
Presentaciones en Nueva York y París
Su confirmación como estrella de la música latina llega en ese momento, y hasta nuestros días, una carrera de éxitos lo ha acompañado. Presentaciones en vivo en el Madison Square Garden o el parque de La Villete de París, fanáticos de sus mosaicos folklóricos en Japón y audiencias en África gracias a su tema Yamulemao, muestran el alcance de su música en el mundo.
Premio Congos de Oro
En Colombia, después de ganar sucesivamente como nadie antes Congos de Oro, galardón que se otorga a los mejores músicos en el Festival de Orquestas del Carnaval de Barranquilla, los organizadores se vieron obligados a crear solo para él un premio nuevo, el SuperCongo de Oro, para que otros también pudieran ganar la distinción habitual.
Sus temas se convierten en clásicos colombianos
Pa’l bailador, Por ti no moriré, La Noche, Te quiero más, Echao pa’ lante, Vuelve, o Mary, canción en recuerdo de su hija, son hoy clásicos de la música tropical. Rebelión, el tema con el que gana mayor prestigio internacional, el cual habla de la sublevación, en defensa de su amada, de un esclavo africano frente al yugo español en el siglo XVII, es más que un trozo invaluable de historia de Colombia, es prueba del fuego y del genio de una raza que se libera con la música convirtiendo lo que alguna vez fue dolor en un motivo de fiesta.
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