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La lava del volcán de La Palma llega al mar

Las nubes tóxicas que genera al contacto con el agua suponen la gran preocupación de las autoridades, que han fijado un perímetro de exclusión de dos millas náuticas.

La lava del volcán de La Palma ha llegado al mar en la costa del municipio de Tazacorte en torno a las 11 de la noche, hora canaria, alrededor de la zona conocida como la Playa de los Guirres (también conocida como Playa Nueva), según han podido comprobar testigos del evento y ha confirmado el alcalde, Juan Miguel Rodríguez. El contacto de la lava con el mar ha creado la emanación de un humo negro que está entrando en tierra a causa de los vientos que de noche van del mar a la tierra. El mar tiene poca profundidad en esa zona, lo que provocará que se cree una nueva plataforma con relativa rapidez.

Poco antes de las diez de la noche del martes, el Instituto Vulcanológico de Canarias había informado de que la colada ya había cruzado la conocida como carretera de la costa, situada junto a la Montaña de Todoque, de unos 320 metros de altura, en el municipio de Tazacorte. La distancia que separa la carretera de la costa es de alrededor de un kilómetro. Este era el último gran obstáculo al que se enfrentaba el flujo de lava antes de llegar al mar. El corte de esta carretera dejaba prácticamente incomunicados los barrios de Puerto Naos, El Remo y La Bombilla, también en Tazacorte, si bien el Cabildo había habilitado rutas alternativas para acceder a estas poblaciones.

Desde que superó la Montaña de Todoque, la lava ha acelerado su camino debido a lo escarpado del terreno y ha devorado a su paso numerosas plantaciones de plataneras que aprovechaban la fértil tierra de la zona.

La desembocadura del magma en el océano es un fenómeno que preocupa a las autoridades desde el momento en que la erupción comenzó el pasado domingo 19 de septiembre, porque su reacción con el agua salada provoca nubes tóxicas. El único fallecido por el volcán de Teneguía en 1971, de hecho, murió a causa de la inhalación de estos gases. Por ese motivo, el dispositivo de Protección Civil se ha intensificado, porque “puede generar explosiones y emisión de gases nocivos”, según el comité de crisis (Pevolca).

El camino de la lava hacia al mar, un destructor viaje de diez días de duración de unos 50 millones de metros cúbicos de lava, ha sido errático e impredecible. Tras unos días de desaceleración, la colada de lava se reactivó el pasado domingo, día en el que incrementó la velocidad en su avance hacia el mar, una semana después del inicio de la erupción del volcán. Esta situación obligó a decretar de urgencia, a medianoche, el confinamiento de cuatro núcleos poblacionales por el peligro de emanaciones de gases tóxicos por la interacción del material magmático con el agua marina, ante la posibilidad de que la colada llegara al mar en las próximas horas en la zona costera de Tazacorte, según el plan de emergencias.

Este martes, la directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, ha informado de que una de las bocas del volcán, en la parte norte, ha cambiado levemente hacia un comportamiento hawaiano. En este tipo de erupciones, el proceso suele ser más tranquilo debido a que la lava es todavía más fluida, los gases se desprenden fácilmente y no se producen explosiones. Hasta ahora, las autoridades explicaban en todas sus comparecencias que se trataba de una “erupción fisural de carácter estromboliano”, es decir, de la apertura de una fisura en la montaña cuya erupción es permanente, de lavas fluidas y salpicada de brotes explosivos, como aquel volcán de Stromboli, en las islas Eólias, al norte de Sicilia.

El avance de la lava es constante, tras el parón de dos horas en la mañana del lunes, cuando se detuvo la emisión de lava, humo y ceniza. A las 10.30 (hora local) se reactivó. Estos parones y regresos a la actividad son habituales en este tipo de erupciones. Al mediodía del lunes, el camino de la lava se había visto frenado por la orografía de la isla de La Palma. Esta circunstancia llevó al comité científico del Plan Especial de Protección Civil y Atención a Emergencias por Riesgo Volcánico (Pevolca) a dudar de si la lava terminaría llegando al mar. “No lo sabemos”, declaró entonces su director técnico, Miguel Ángel Morcuende. “Si hubieran proseguido las condiciones que se daban a las 20.00 del domingo, ya habría llegado sin duda. Pero el volcán tiene ratos de crecimiento y otros de decaimiento”.

El nuevo volcán, además, podría estarse realimentando de un reservorio de lava más profundo, como sucedió con el volcán submarino de El Hierro, según la responsable de alerta volcánica del Instituto Geográfico Nacional (IGN), Carmen López, en declaraciones a Efe. López ha explicado que la sismicidad profunda localizada en las últimas horas en la zona de Fuencaliente, con terremotos de magnitudes de entre 3.3 y 3.4, son indicativas de un reajuste del reservorio en la corteza a medida que el magma va saliendo en forma de lava, cenizas y piroclastos.

Fuente: elpais.com

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