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Cae banda que comercializaba carne de burro

Según la Policía Metropolitana de Barranquilla, que adelantó todo el operativo para desarticular la banda ‘Los Perchones’, esta organización no solo se dedicaba a vender carne de burro en la capital del Atlántico, sino también ejercía la comercialización de carne de cabello.

En la investigación, las autoridades lograron determinar que la zona donde funcionaba el matadero de estos animales, se daba en el barrio Rebolo.

En la acción de captura por parte de la Policía, se detuvo a seis integrantes de la ilícita empresa, entre los cuales se encuentran dos patrulleros de la institución que fueron identificados como: Germán Eduardo Pérez Martínez, de 36 años, adscrito al Cai Cervecería y quien es natural de Sincelejo, Sucre, y Jaison Manuel Bolaños Pardo, de 34 años, adscrito al Cai Caujaral.

Los demás capturados son, Elvira Contreras Salcedo, de 70 años, alias ‘la Patrona’; Hipólito Enrique Meriño Ortega, de 68 alias ‘Roberto’; Roberto Enrique Meriño Contreras, de 33, y Jhonny Martín Hernández Charris, de 53.

En los allanamientos se incautaron aproximadamente 100 kilos de carne de equino y burro, así como 70 kilos de piel de estos animales.

Los seis implicados fueron presentados ante un juez con funciones de control de garantías para el inicio de las audiencias preliminares y quien decidirá si los envía o no a un centro penitenciario.

Este no es el unico golpe a este tipo de delitos en el departamento del Atlántico, el pasado 27 de noviembre, la Fiscalía General de la Nación informó del descubierto un matadero ilegal ubicado en la calle 13 con carrera 26, al suroriente de Barranquilla, que se dedicaba a la comercialización de carne de caballo y de burro.

En la diligencia de registro y allanamiento del inmueble fue capturado un hombre, que fue judicializado al presuntamente estar involucrado en el sacrificio de los equinos para luego venderlos. Realizadas las verificaciones, integrantes de la Secretaría de Salud de Barranquilla determinaron que el establecimiento no tenía el permiso para llevar a cabo estas prácticas.

Allí fueron encontrados 14 animales en pie, seis muertos y partes de otros que estaban almacenadas en un refrigerador. Además, se hallaron libros de contabilidad, en los cuales había registros de la venta de carne y de los dineros obtenidos por dicha actividad. Así mismo, se dio con 50 cueros de caballos disecados y un monto de dinero en efectivo que ascendía a los 9 millones 300 mil pesos.

Las autoridades ambientales establecieron que los burros y caballos vivos “estaban en mal estado físico y presentaban graves lesiones”. En el lugar también se evidenciaron vertimientos de líquidos y residuos a las fuentes hídricas aledañas y el suelo, por lo que las condiciones sanitarias eran deficientes.

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