No es un secreto que ciertos políticos se ven comúnmente inmiscuidos en actos ilícitos para enriquecerse a costillas del pueblo. Afortunadamente, al menos algunos son judicializados y sentenciados, tal y como paso con el exsenador Antonio Guerra de la Espriella, quien por fin cuenta con una condena por sus actos de corrupción con la multinacional Odebrecht.
La decisión fue tomada por la Corte Suprema de Justicia y dictaminó 13 años y 8 meses de cárcel para el excongresista, quien ya contaba con una detención preventiva desde el 2019.
En la parte resolutiva del fallo la Corte indica “declarar penalmente responsable a Antonio del Cristo Guerra de la Espriella de las condiciones personales y civiles en calidad de coautor de los delitos de concierto para delinquir agravado, tráfico de influencias de servidor público y de enriquecimiento ilícito de servidor público. Condenar a la pena de 164 meses y un día de prisión, más una multas de más de mil millones de pesos e inhabilidad para el ejercicio de derechos y funciones públicas”.
En el expediente señala la Corte que Guerra “puso conexiones políticas al servicio de una organización delictiva. Está comprobado que mantuvo contacto con directivos de la multinacional brasileña. Lo informado por Bernardo Elías y Otto Bula es creíble. Se trata de testigos directos pues ambos están condenados tras aceptar haber participado en dicha estructura criminal para alcanzar adjudicación de contratos estatales. Ellos aportaron datos de certeza innegable”.
En la investigación, la Corte encontró a Guerra responsable de haberse concertado con particulares y servidores públicos para que se repartieran contratos de obras públicas en condiciones favorables a Odebrecht con sobornos. El proyecto que más le importaba a Guerra era Ruta del Sol II.
