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27 de enero: las víctimas del Holocausto son recordadas en todo el mundo

Mundo. El 27 de enero de 1945 las tropas soviéticas, en su misión de cercar al ejército alemán y poner fin a la Segunda Guerra Mundial, liberaron a los 2.819 supervivientes que quedaban en el mayor campo de concentración y exterminio nazi alemán: Auschwitz-Birkenau. Por ello, en 2005, la Organización de Naciones Unidas (ONU) escogió esta fecha para conmemorar el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto.

El Holocausto fue un procedimiento ejecutado por las autoridades de la Alemania nazi para acabar con la población judía de Europa. El comienzo de este plan se remonta a 1933, cuando el Partido Nacionalsocialista germano, encabezado por Adolf Hitler, se hizo con el poder. Primero, comenzaron con asesinatos masivos de judíos, después, procedieron a crear guetos en los que obligaron a la comunidad judía a vivir apartada del resto de la población. Y, finalmente, a principios de la década de los 40, comenzaron a deportarlos a campos de exterminio.

Los guetos eran distritos de ciudades y pueblos. Estaban localizados en algunos puntos de la Europa oriental ocupada por las tropas alemanas —la mayoría estaban situados en Polonia—. Y, allí, obligaron a vivir, apartada del resto del mundo, a la comunidad judía. Es más, algunos de ellos llegaron a tener un muro en sus límites que los separaba físicamente del resto de la sociedad. El primero de estos guetos data de 1939 y estaba en la ciudad de Piotrków Trybunalski; sin embargo, el de mayor envergadura lo situaron en Varsovia.

1940: El comienzo de la Solución Final de la Cuestión Judía

Los primeros campos de exterminio datan de 1940. Y en julio de 1941 las autoridades nazis comenzaron a ultimar un plan con el cual culminar el proceso de exterminación de la población judía. El término eufemístico que ellos empleaban para referirse a este tema fue la Solución Final de la Cuestión Judía. Así queda constatado en la petición del comandante de la Luftwaffe Hermann Göring al jefe del Servicio de Inteligencia de las SS (Sicherheitsdienst) Reinhard Heydrich de “un plan general de las medidas organizativas, prácticas y financieras preliminares para la ejecución de la Solución Final de la Cuestión Judía prevista”.

Y, cuando esta Solución estuvo ultimada, a partir de 1942, todos los ciudadanos judíos que hasta entonces habían sido obligados a vivir apartados en los guetos, pasaron a ser deportados a los campos de exterminio. Se construyeron diversas infraestructuras de estas características y su envergadura era tal, que muchos de ellos contaban con subcampos. Así ocurrió en Auschwitz, que abarcaba unos 40 kilómetros cuadrados y terminó por acoger más de 40 campos.

No solo hubo judíos

El Holocausto se refiere a la discriminación generalizada por parte de las autoridades nazis a la comunidad judía. Sin embargo, el número de víctimas mortales en estos campos van más allá de los seis millones de judíos de los que, por norma general, se habla. El motivo de encierro en una de estas infraestructuras podía venir motivado tanto por motivos religiosos, como ideológicos, como de orientación sexual.

Además de a la población semita, los nazis también condenaron a vivir en sus campos a ciudadanos soviéticos, a personas homosexuales, personas con discapacidad —física y mental—, testigos de jehová o republicanos españoles. En cifras, se estima que fallecieron más de tres millones de prisioneros soviéticos y más de siete millones de civiles de la misma procedencia. Casi dos millones de personas de origen polaco también fueron víctimas mortales de este acontecimiento, al igual que miles de civiles procedentes de Croacia, Bosnia y Herzegovina.

(Diario AS)

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