¡LA EDUCACIÓN EN PRIMER LUGAR!

En Montería tenemos que poner la educación en el centro de la inversión pública.

Hoy se le destina a la educación aproximadamente 1 billón de pesos, para cuatro años. La mayor parte corresponde a recursos con destinación específica provenientes de transferencias de la nación. Se gasta un 90% en funcionamiento, administración y solo un 10 % en programas de calidad educativa. Así nunca lograremos que nuestra ciudad evolucione: Hace falta triplicar el presupuesto de libre inversión si queremos mejorar la calidad de la educación.

Y la calidad no se logra únicamente invirtiendo en infraestructura educativa; sin duda la dignificación de los espacios impacta positivamente, pero no es suficiente. Es urgente invertir en la primera infancia, en formación de los docentes, fortalecer el personal directivo, implementar a fondo la jornada complementaria, mejorar el bachillerato técnico, la formación para el trabajo y garantizar mayor acceso a la educación superior.

Imaginemos dos niñas, una nacida en el barrio La Gloria y otra en el barrio La Castellana. Ambas deberían recibir estimulación y nutrición adecuada pues los primeros años son fundamentales para desarrollar todo su potencial. Crear el programa Buen Comienzo que brinde educación inicial y promueva el desarrollo integral de los niños, las niñas y sus familias durante sus primeros cinco años de vida debe ser una apuesta central de la Alcaldía de Montería.

Ambas merecen estudiar en espacios dignos, dotados y conectados con el mundo. Necesitamos entonces un verdadero plan de mantenimiento y dotación de las instituciones educativas oficiales, construir nuevas sedes, disminuir el déficit de computadores y conectarlas a internet permanente.

Las dos merecen una educación de calidad, con profesores formados y con maestrías, que implementen metodologías de enseñanza innovadoras. Para ello los proyectos de aula son una gran herramienta de generación de conocimiento aplicado a mejorar los procesos de aprendizaje, una apuesta por la calidad construida desde las aulas por los protagonistas, nuestros profes.

Merecen también una oferta complementaria, donde la ciencia, la tecnología, la cultura y el deporte sean herramientas para potenciar sus habilidades y talentos. Es perentorio crear una gran red de parques bibliotecas, integrar los que ya están y construir uno en cada comuna. Grandes ecosistemas educativos con laboratorios de matemática, robótica y programación de software, y a la par, teatro, lectura, música y artes plásticas, sin que falten programas para el aprendizaje del inglés.

Deben contar con la oportunidad de practicar el deporte, en escuelas barriales que integren los clubes y mejorando la oferta directa del Instituto de Deporte en diferentes disciplinas. Que encuentren espacios para el desarrollo de sus habilidades blandas y adquieran una disciplina deportiva.

Supongamos que ambas niñas tienen hermanos con discapacidad cognitiva. Pues al igual que ellas, merecen recibir educación de calidad. Debemos implementar modelos de educación inclusiva, fortalecer los equipos con psicólogos que acompañen al cuerpo docente, formar y darles herramientas a los profes para atender a esta población. Y como es posible que ambas niñas sufran matoneo, necesitamos un programa de cuidado, prevención y atención de la salud mental.

Las dos merecen la oportunidad de continuar sus estudios, poder acceder a formación para el trabajo, estudiar carrera técnica, tecnológica o profesional. Necesitamos construir una institución de educación superior en el sur de la ciudad, con enfoque en la formación técnica y tecnológica que complemente y aumente la oferta del Sena y la Unicórdoba. De la misma manera, si alguna quiere emprender debemos crear un programa que la acompañe, acceso a capital semilla y líneas de crédito. Los CedEcom (Centro de Emprendimiento Comunal) se ubicarán en los Biblioparques, orientados a la creación, el desarrollo y la consolidación de una cultura emprendedora para contribuir al desarrollo económico y la competitividad de la ciudad.

Si ambas terminan una carrera, debemos crear un programa de prácticas laborales en acuerdo con la empresa privada y el sector público, basado en el mérito y no en la cercanía con un político que les permita adquirir experiencia. Una sinergia entre el sistema educativo y el mercado laboral.

Ambas jóvenes puedan encontrar un empleo digno, y para ello tenemos que mejorar la infraestructura de servicios, la cualificación del capital humano, las condiciones de seguridad y la confianza en la institucionalidad local. Nuestra ciudad debe generar las condiciones para que lleguen empresas privadas, incentivar la industria para ampliar el mercado laboral.

Y gústenos o no, es en la política donde tenemos que participar los ciudadanos para lograr que la educación este en primer lugar. No hay otra manera.

Con educación, Montería Evoluciona.