El olor corporal natural pasa por varias etapas de cambios relacionadas directamente con la edad. La química del cuerpo se modifica a medida que envejecemos por el aumento o disminución de hormonas, entre otras razones.
Se han descrito cambios similares en varias especies animales y se cree que facilita la discriminación de la edad de un individuo basándose únicamente en los olores corporales.
De allí que haya surgido la expresión ‘olor a viejo’, que se usa para definir ese aroma particular que emana de las personas que superan cierta edad, sin importar su nivel de higiene.
“Los cambios hormonales de la madurez traen efectos como el aumento en la producción de lípidos en la superficie de la piel. Paralelamente, se va reduciendo nuestra capacidad antioxidante natural y el resultado es que aumenta exponencialmente la peroxidación y el cuerpo huele cada vez peor. Es ese olor que se nota en los asilos, por muy limpios que estén”, explica el químico José María Antón, investigador durante años en biotecnología para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a ‘El País’ con respecto a la despectiva denominación.
Pero este aroma no tiene por qué ser algo peyorativo, más bien es una característica del grupo etario al que pertenecen los adultos mayores. Para muchas personas es un olor que evoca recuerdos agradables con los abuelos.
@tonidelasnieves Perdona???? #parati ♬ El olor a viejo – Daniel Chacón
Hace algunos años un grupo de investigadores realizó un estudio titulado ‘El Olor de la Edad: Percepción y Discriminación de los Olores Corporales en Diferentes Edades’, publicado en la revista Plos One.
En este analizaron a 44 hombres y mujeres ubicados en tres categorías de edades diferentes: 20 a 30, 45 a 55 y 75 a 90. Luego, se les pidió a los participantes que durmieran con una camisa especialmente equipada con almohadillas para las axilas que absorbían el olor durante cinco días consecutivos.
Al final de este período de observación, los profesionales pusieron las almohadillas dentro de frascos y pidieron a las personas que los olieran y adivinaran la edad y el sexo de la persona a la que correspondía esa esencia.
Los evaluadores tuvieron dificultades para detectar diferencias en el olor entre personas jóvenes y de mediana edad: olían en forma similar; lo que sí les resultó mucho más fácil de identificar fueron las muestras del grupo etario mayor del estudio.
Según explicaron los investigadores, los cambios en el olor corporal relacionados con la edad probablemente no tengan nada que ver con cuestiones de higiene personal sino que se trata de compuestos de olor y bacterias que interactúan en la piel.
El principal de ellos siendo la molécula 2-nonenal que se produce en la dermis de forma natural como consecuencia de la peroxidación lipídica y que aumenta con el paso del tiempo afectando el olor en el cuerpo.
“Los olores corporales del grupo de edad avanzada se calificaron como menos intensos y desagradables que los olores corporales procedentes de donantes jóvenes y de mediana edad”, describe el estudio.
“Este experimento sugiere que, al igual que otros animales, los humanos son capaces de discriminar la edad basándose únicamente en el olor corporal y que este efecto está mediado principalmente por los olores corporales emitidos por individuos de edad avanzada”, puntualizan.
¿Qué es la molécula 2- nonenal?
El 2-nonenal es una molécula orgánica que pertenece a la familia de los aldehídos y se caracteriza por una cadena alifática de nueve átomos de carbono con un grupo funcional aldehído (CHO) en el extremo de la cadena. Su estructura química se representa de la siguiente manera: CH3-(CH2)7-CHO, según el portal ‘Enséñame de ciencia’.
El Dr. Antón, investigador de biotecnología para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), afirmó que el 2-nonenal huele mal, “tanto que cuando abrimos una cápsula con esa molécula en el laboratorio, todo apesta”.
Y añadió un dato sorprendente: que esas moléculas responsables del mal olor empiezan a aumentar a partir de los 30 años.
Según el estudio publicado en Plos One, los compuestos orgánicos volátiles (VOC) como el 2-nonenal y el ácido isovalérico son los causantes del olor.
El aroma de la molécula se describe comúnmente como nuez y notas de aceite rancio, que se ha identificado en varios alimentos y aceites.
También se ha especulado con que los leucocitos polimorfonucleares, un tipo de glóbulos blancos que muestran un aumento dependiente de la edad en los seres humanos, podrían ser un biomarcador potencial que valdría la pena explorar en futuros estudios, según los autores del artículo publicado en 2012.
Más allá de ser una característica que se profundiza con la edad, no se ha determinado si esto tiene un impacto en las interacciones cotidianas con adultos mayores.