El 7 de mayo de 2024 marca el bicentenario del estreno de la Novena Sinfonía de Beethoven, también conocida como la ‘Sinfonía Coral’. Este trabajo, que fue compuesto mientras el artista luchaba contra la sordera, es reconocido como uno de los mayores logros de la música clásica occidental.
El contexto histórico
Ludwig van Beethoven, el genio alemán, completó la Novena Sinfonía entre 1822 y 1824 por encargo de la Sociedad Filarmónica de Londres. A pesar de su sordera progresiva, se entregó apasionadamente a esta obra maestra.
Innovación y voces corales
La Novena sinfonía fue revolucionaria en su época. Con casi 70 minutos de duración, esta obra fue la primera sinfonía en incorporar voces corales, estableciendo un nuevo estándar en la composición.
Su cuarto movimiento, la ‘Oda a la Alegría’, se ha convertido en un himno global que transmite un mensaje de fraternidad y alegría.
En sus 200 años, ha sido interpretada en momentos clave de la historia, como la caída del Muro de Berlín y en numerosos eventos que buscan promover la paz y la unidad.
El épico estreno en Viena
El 7 de mayo de 1824, la Novena sinfonía se estrenó en el Theater am Kärntnertor de Viena. Aunque Beethoven estaba sordo, insistió en dirigir la sinfonía desde el atril y los músicos lo ignoraron para mantener el compás.
El estreno fue interrumpido varias veces por los aplausos de los aproximadamente 2.000 asistentes, aunque Beethoven no pudo escuchar la reacción.
Testigos describieron al compositor como “lanzándose de un lado a otro como un loco” y retrasándose en la dirección. La respuesta entusiasta prefiguró su recepción en la comunidad musical europea y mundial a lo largo del tiempo.
Legado y patrimonio de la humanidad
Dos siglos después, la Novena sinfonía sigue siendo interpretada en auditorios de todo el mundo. En 2002, la UNESCO la declaró patrimonio de la humanidad debido a su trascendencia cultural y artística.