DisfrazArte
Desde la antigüedad la humanidad ha mostrado gran interés por disfrazarse; cada festividad ameritaba vestirse con elementos llamativos; máscaras y trajes que rindieran homenaje a la celebración.
Cada año en vísperas de la celebración del 31 de octubre algunos nos emocionamos con la idea de representar a nuestros personajes icónicos; esos que nos han hecho reír, soñar con sus superpoderes y que nos hacen sentir grandes emociones.
El hecho de “ponernos“ en los zapatos de otro psicológicamente nos despierta la creatividad; nos llena de ilusión y paradójicamente nos vuelve más empáticos y nos permite soñar en distintos aspectos con el personaje que interpretamos tanto a niños como adultos.
El arte del disfraz está ligado a las puestas en escena en las que los artistas logran interpretar un sin fin de personajes que hacen alusión a la mezcla entre la realidad y la fantasía y que por medio de elementos como la indumentaria, el maquillaje y los diferentes artefactos usados, logran llenar de magia los escenarios.
Desde el aspecto sociológico el disfraz nos permite ‘camuflarnos’ en personalidades distintas, adoptar y adaptar roles diferentes al nuestro y lograr una conexión de empatía con los distintos actores sociales con quienes nos comunicamos.
Es así entonces como en la historia del vestido, la indumentaria nos permite mostrar una faceta real de quienes somos y conectarla con características o elementos de la cotidianidad reflejando así rasgos de nuestra personalidad, sentimientos y emociones.
Dicho esto cuando entendemos el lenguaje no verbal lo que representa cada prenda emocionalmente y cada color logramos mostrar entonces esa faceta que queremos cada día para generar conexiones y llegar a cumplir nuestras metas y propósitos.
Somos los protagonistas de nuestro performance así que a diario usamos ‘máscaras’ que nos permiten conectar con las diferentes situaciones y personas llevándonos a lograr nuestro propósito, entonces es allí donde descubrimos que vestirnos es un arte ligado a nuestra esencia que nos permite mostrar quienes somos y quienes queremos ser.
Podemos entonces darle un enfoque enriquecedor a estas ‘máscaras sociales’ y usarlas a nuestro favor sin esconder quienes somos realmente ni pretender ser alguien más. Simplemente jugar con elementos cotidianos colores, texturas y prendas que nos permitan mostrar características de nuestra esencia y mostrar ese camaleón que llevamos por dentro, logrando así adaptarnos a cada situación que se nos presenta y poder interpretar cada rol de forma empática sin dejar de ser nosotros mismos.
Angélica Carvajal
Diseñadora industrial, bogotana. Consultora Internacional de imagen y marca. Personal shopper. Empresaria fundadora y creativa de @divina_tentacion_oficial. Creadora de contenido digital de moda y estilo. Con mas de 10 años de experiencia en el sector de retail y empresas de moda.