El disco de vinilo vuelve a estar de moda
El disco de vinilo o “acetato” fue el rey de los formatos musicales a partir de la década de los 50. Fue tal su popularidad que en los años 60 y 70 El Salvador tenía su propia producción de discos, debido en parte a la gran popularidad que tuvieron bandas locales, como Los Supersónicos, Los Vikings, Los Beats, entre otros.
Dichas bandas formaban parte del fenómeno musical conocido hoy como “Las Buenas Épocas” y fue acompañado por el “boom” de la música tropical donde destacaron diferentes orquestas del país. Este período permitió que casas disqueras como Dicesa y Boni Discos se dedicaran a producir y difundir la música realizada por artistas salvadoreños.
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A nivel global, el consumo de este formato se mantuvo hasta los años 80, cuando fue remplazado por el uso de los casetes y discos compactos, que destacaban por su bajo costo y su pequeño formato. En El Salvador, las nuevas tecnologías y la crisis económica durante la guerra llevaron a la quiebra a las diferentes casas disqueras y se dejó de producir vinilos en el país.
Sin embargo, el afecto hacia la alta fidelidad y el factor nostálgico han hecho que los coleccionistas mantengan viva la tradición de escuchar música bajo este formato.
Es así como surgen propuestas como Tokadisco Social Club, un colectivo conformado por tres amigos que mantienen vivo el legado de coleccionar y reproducir vinilos para eventos sociales; o la Ferias de Vinilos, que reúnen cada año a aficionados que venden o intercambian acetatos.
Por otra parte, existen espacios como Vinyl Café, que utiliza estos discos como propuesta temática y la tienda especializada El Pollo Musical, en el centro de San Salvador, que ofrece vinilos “vintage” de diferentes artistas y géneros, a los coleccionistas del país.
Poco a poco, estos discos han vuelto a ponerse de moda y han dejado de ser un artículo solo de coleccionistas o melómanos. Muchas casas disqueras están poniendo a la disposición del público formatos de vinilo en sus catálogos, devolviendo a las manos de la gente una pieza icónica de la historia de la música, en tiempos donde ha reinado el formato digital.
El vinilo ahora suena con música colombiana
El disco Kraken II, de la banda Kraken, es uno de los más importantes del metal nacional.
Se lanzó el 5 de diciembre de 1989 y tiene canciones tan emblemáticas como Vestido de cristal y Una vez más, éxitos totales del grupo que creó Elkin Ramírez, su legendario vocalista, que falleció en el 2017 por cuenta de un cáncer.
Además de estas canciones, el disco incluyó Los misterios no hablan, Después del final, Al caer las murallas, Camino a la montaña negra, Palabras que sangran, Una vez más y Esclavos de las sombras.
El disco nació como acetato, long play o ‘disco de larga duración’, pero lo de larga duración era un decir: muchas piezas terminaban rayadas por culpa de las no muy buenas agujas que tenían los tocadiscos. Para prevenir esas desgracias, los fanáticos de la música limpiaban los discos con líquidos especiales (mejor con un trapo que con algodón, porque llenaba de motas la aguja), cuando se secaban, los guardaban primero en una bolsa de plástico y luego en la carátula de cartón.
El disco de Kraken, con rayones o sin rayones, tuvo en su momento un gran tiraje. La radio lo puso y gustó, y se convirtió en un objeto de colección, el símbolo de una era en la que por fin una producción de metal se ubicaba al lado de la música comercial.
Por eso y por todos sus méritos, Kraken II fue incluido en la primera tanda de la Colección Vinilo de Codiscos. Así suena Colombia, “y porque, además, fue catalogado como uno de los 25 mejores del rock latinoamericano”, cuenta Álvaro Picón, vicepresidente artístico de la disquera paisa.
En el mundo que vuelve a lo retro –y aunque los vinilos regresaron a la escena hace muchos años–, esta colección “con sentido muy local, se hace con nuestro importante catálogo y en el año de la conmemoración de las siete décadas de la compañía”, agrega Picón.
La colección incluye los discos de sonidos nacionales. Además de Kraken II están Vallenatos de oro, Favoritos de siempre, Binomio Oro, Los ídolos de Colombia, El disco del año, No hay quinto malo, del grupo Niche y El porro es Colombia, que ya están a la venta con ejemplares limitados en www.codiscos.com.
Llegar a esta primera parte de la colección (se tiene planeado un nuevo grupo de acetatos para octubre) fue un trabajo largo. “No solo fue escoger varios de los artistas más representativos, sino también marcas como El disco del año y Vallenatos de oro, referentes del mercado y muy exitosas”.
La decisión de publicar completo No hay quinto malo, el disco de Niche, fue, agrega Picón, un “homenaje a la agrupación salsera más importante del país, que acaba de ganar el Grammy anglo y el latino. Este disco partió en dos la historia del grupo, el momento del encuentro de su sonido. Los trabajos anteriores fueron de búsqueda, aquí ya está su huella”, dice Picón.
De hecho, fue el disco de éxitos como Cali pachanguero, La negra no quiere, Rosa, Pecado capital, El que regala y quita, Solo un cariño, El coco y Serenata. Moncho Santana es la voz principal de este disco inolvidable creado por el maestro Jairo Varela.
El disco del Binomio de Oro fue, en opinión de Picón, uno de los más difíciles de armar. Y aunque seguramente vendrán más si la colección tiene buenas ventas, “la curaduría se hizo sobre unas 200 canciones para escoger 10, por capacidad del disco. El grupo llegó a Codiscos en 1976 y sigue con nosotros. En ese momento, ellos empezaron a hacer vallenato romántico, con letras ‘dedicables’, alejándose del relacionado con las regiones costeñas. El Binomio rompió esquemas y llegó al interior del país. Rafael Orozco e Israel Romero abrieron ese camino”.
Este disco incluye, entre otras canciones, Reconozco que te amo, Relicario de besos, Momentos de amor, Dime pajarito y Te seguiré queriendo, entre otras.
Vallenatos de oro sigue con este género y, además del Binomio de Oro, trae canciones de Los Diablitos, Patricia Teherán, Miguel Morales y Otto Serge & Rafael Ricardo.
Favoritos de siempre tiene canciones en las voces de Julio Jaramillo, Alci Acosta, Óscar Agudelo y Olimpo Cárdenas, entre otros exponentes de la música popular o del bolero popular.
El disco del año también tuvo un gran trabajo de curaduría musical, porque había que escoger grandes éxitos entre 1970 y 1990, de grupos insignia de Codiscos como Niche, Binomio de Oro, El Combo de las Estrellas, Los Graduados, Juan Carlos Coronel y Juan Piña, estos dos últimos con éxitos como Patacón pisao y La rama de tamarindo, respectivamente.
Dos acetatos de artistas internacionales acompañan la colección: Greatest Hits, del reguetonero Nicky Jam, y A Lifetime of Hits Live, de Richie Ray & Bobby Cruz, los salseros estadounidenses que también han sido representados por esa casa sonora.
Fuentes : laprensagrafica.com , eltiempo.com