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Agorafobia: Un trastorno de ansiedad

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV TR), la agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad caracterizado por un temor o miedo a encontrarse en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil (o embarazoso) o donde, en el caso de aparecer una crisis de angustia inesperada puede no disponerse de ayuda.

Los temores agorafóbicos suelen estar relacionados con un conjunto de situaciones entre las que se incluye estar solo fuera de casa; mezclarse con gente o hacer cola; estar en sitios cerrados; pasar por un puente, o viajar en autobús, tren o automóvil.

Dichas situaciones son evitadas por la persona que padece estos síntomas, ejemplo se limita el número de viajes, se resisten por temor a que aparezca una crisis de angustia o síntomas similares y no puedan manejarlo, o se hace indispensable la presencia de un conocido para soportarla.

Esta ansiedad o comportamiento de evitación no puede explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental como la fobia social, fobias específicas, trastornos obsesivos compulsivos, trastornos por estrés pos trauma o trastorno de ansiedad por separación.

A pesar de que hay evidencias que muchos adultos con agorafobia reportan retrospectivamente síntomas en la niñez, pocos clínicos e investigadores han estudiado este trastorno en esta población. Autores coinciden en afirmar que la agorafobia suele comenzar en la adolescencia tardía y la temprana adultez y causa un malestar significativo tanto en el ámbito social como en el laboral y en otras áreas de funcionamiento.

No existe una causa absoluta que determine el curso del trastorno, sin embargo, existen factores desencadenantes o que predisponen la aparición de la agorafobia.

Características personales: Mayor sensibilidad a la ansiedad, baja asertividad, tendencia al retraimiento social, miedo a la evaluación negativa, alto nivel de introversión.

Experiencias de la infancia: Las experiencias vividas en la infancia, sobreprotección como de falta de cariño por parte por parte de los progenitores, posibles abusos sexuales o maltrato físico, experiencias de separación y/o ansiedad vividas en la infancia estén presentes en cierto nivel en el desarrollo de agorafobia, de ahí la importancia de contar con una figura de apego que regule emocionalmente las respuestas y conductas del niño/a, adquiriendo de esta forma una capacidad de regulación psicofisiológica propia ante las ansiedades o angustias que puedan aparecer a lo largo de la vida.

Eventos estresantes: Los más comunes podrían ser conflictos interpersonales, familiares o maritales, muertes o enfermedades de personas significativas, consumo de drogas, estrés laboral/escolar o problemas económicos. 

Tratamiento: El tratamiento de la agorafobia, requiere una importante labor educativa, tanto en el paciente como en la familia y debe combinar abordajes farmacológicos (farmacológicos ISRS) y terapias cognitivo conductuales específicos (técnicas de relajación, de exposición, de autocontrol, reestructuración cognitiva, distracción cognitiva o detención del pensamiento, entre otros.)

Recomendaciones en población infantil: Si notas que un niño o adolescente manifiesta ansiedad excesiva ante situaciones o lugares descritos en el diagnóstico o realiza conductas de evitación a ir a la escuela o eventos familiares no dude en acudir a un profesional de la salud capacitado para la atención de estos trastornos, se debe realizar una buena evaluación dado que en los niños y adolescentes suelen confundirse con trastornos del ánimo.

Nathaly Alcira Erazo: Especialista en Psicología.

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