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Lo que se esconde detrás de la rabia

Dolor, miedos y molestias

Por Johana Peláez Velásquez  

En algunas ocasiones la rabia puede aparecer en nuestras vidas con gran intensidad, ya que no podemos controlar nuestras palabras ni actos. Con frecuencia, nace motivada por alguien, que hace o dice algo que nos molesta. En otras ocasiones, la rabia aparece en contra de nosotros mismos porque nos culpamos ante una situación que es desagradable. Te ha pasado que sientes que nada cumple tus expectativas y te cuesta adaptarte a la realidad, que te llenas de frustraciones porque ninguno de tus deseos se han hecho realidad o tal vez has considerado que no tienes apoyo, sientes miedo al pensar que puedes ser abandono o buscas siempre la perfección en todas tus labores.  Cuando llegan este tipo de pensamientos, no nos damos cuenta que la rabia nos esta indicando que hay algo no resuelto en nuestras vidas y que muy posiblemente puede venir desde la infancia.

Tal vez este tipo de circunstancias nos pueden generar una sensación de amargura, porque tenemos un resentimiento a causa de una desilusión o injusticia, congoja porque sentimos una pena intensa e incontenible que se exterioriza con llanto o quejas, decepción porque creemos que no se cumplieron las expectativas que teníamos respecto a algo o alguien e indignación porque consideramos que un acto fue perjudicial para nosotros.

Si algunos de estos argumentos resuenan contigo o con alguna persona cercana a ti, es importante que sepas que estas interpretaciones son exclusivas de la persona que lo siente. También es posible que a nivel emocional estas condiciones puedan estar generando cualquiera de las siguientes emociones; aflicción, culpa, destrucción, enojo, furia, infelicidad, lastima, molestia, odio, pavor, rencor, soledad, temor, vacío.

Mi invitación para hoy es que reflexiones acerca de la situación que vives actualmente y aprendas a identificar las oportunidades de aprendizajes que este tipo de experiencias quieren regalarte para que observes en que situaciones aparece y en cuales permanece dormida la rabia. También necesito que sepas que Dios quiere que todos los seres humanos vivamos con gozo, paz, tranquilidad y alegría, pero si tu dejas entrar lo negativo a tu vida pones todo lo maravilloso por fuera, ya que el espacio que le das a lo positivo en tu mente es muy limitado o nulo.

Esto me mueve a preguntarte ¿Cuál es el origen de tu rabia?

Cuando la rabia se encuentra en ti, nos dejamos arrastrar por ella de forma impulsiva nos hacemos daño a nosotros mismos o a otras personas. Por otro lado, si la reprimimos igual que si fueran residuos radioactivos, queda anidada en nuestro interior, creciendo con el paso del tiempo y dañándonos en nuestra propia imagen, por eso hay que evitar hacer daños personales y ajenos, al mismo tiempo se puede conseguir el alivio cuando la podemos expresarla. Todo esto tiene que ver con la inteligencia emocional, es decir, saber expresar, resolver y afrontar sin lastimar a nadie.

Una de las emociones que se esconde detrás de la rabia es el miedo, ya que cuando lo sentimos, estamos propensos a ser personas que tendemos a sentirnos mal a nivel emocional, que no podemos hablar de lo que es perjudicial en nuestras relaciones personales, no ponemos límites, nos llenamos de molestias no comunicadas y de demandas no desahogadas. Así, acabamos iracundos, lo que nos hace parecer personas hostiles y agresivas. Creemos que los demás dejan de tomarnos en serio o que se enfadan con nosotros por la manera agresiva en que expresamos nuestro dolor hasta que perdemos en control de la situación.  A esto se le suman el temor a sufrir, y tal vez por eso aguantamos hasta que la emoción dice ¡basta! y necesita ser expresada.

Mi recomendación es buscar apoyo profesional de un coach, psicólogo o terapeuta, de acuerdo al caso de cada persona, para identificar el tipo de proceso que necesitan iniciar. También es importante tratar de comprender y/o interpretar los pensamientos, juicios y emociones que están moldeando a la persona que vive esta experiencia, para acompañarlo a hacerse responsable de la situación que vive y promover el desarrollo de una autoestima sana.

Hay una frase de Buda que dice: aferrarse a la rabia es como agarrar un carbón ardiente con la intensión de tirarlo a alguien; eres tú quien se quema” 

Por eso es importante aprender a gestionar nuestras emociones, a modular todos nuestros pensamientos, atender con prioridad aquellos asuntos que son relevantes y que necesitan ser atendidos con urgencia para permitirnos tener una vida llena de bienestar a nivel físico, mental, emocional, espiritual. También es necesario que sepas que existen muchas alternativas para sacar la rabia, por eso si la sientes es importante busca actividades físicas que te permitan liberarla a través del ejercicio, patalear, golpear una almohada e incluso lanzar piedras.

En este preciso instante quisiera que empieces a verte como una persona capaz de aliviar tu dolor, enfocadoen aprender a gestionar la rabia y dispuesto a soltar todos los pensamientos y juicios que te hacen daño.

Recuerda ¡no se trata de controlar, se trata de sentir!


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Te invito a que me sigas en todas mis redes sociales como @JohanaPelaezcoach para compartir experiencias.

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