Los bomberos que tratan de controlar un inmenso incendio forestal en los estados de California y Nevada, en Estados Unidos, se están enfrentando a “remolinos de fuego”, un comportamiento de fuego extremo que pone en peligro sus vidas.
Según la cadena CNN, el incendio York, que es el más grande del año en California, ha consumido 32.300 hectáreas.
Las llamas se iniciaron el viernes pasado en la cordillera de Nueva York de la Reserva Nacional de Mojave, en California, pero el domingo cruzaron las fronteras del estado de Nevada, cuando los vientos arreciaron bajo temperaturas abrasadoras.
En la noche del lunes, los bomberos lograron sofocar parte del incendio, que en la mañana del martes pasado estaba controlado en un 23 por ciento.
“Anoche se realizó un vuelo de infrarrojos que permitió evaluar mejor el tamaño y la actividad del incendio”, declaró el martes pasado el Servicio Nacional de Parques, según el citado medio.
Sin embargo, este incendio es uno de los que se registran en todo el país mientras algunas zonas se asfixian bajo un calor implacable. Otros incendios se presentan a ambos lados de la frontera entre EE. UU. y Canadá.
El incendio en la frontera entre los estados de California y Nevada sigue “creciendo rápidamente” y, además, crea condiciones extremas que lo hacen más peligroso y difícil de controlar, según informaron los bomberos.
Hasta el 31 de julio pasado, 445.000 hectáreas se han incendiado en Estados Unidos en lo que va de este año, según el Centro Nacional Interagencias de Bomberos (NIFC, por su sigla en inglés). No obstante esa cifra es muy inferior a las 2,3 millones de hectáreas que se habían incendiado para finales de julio de 2022.
Más de 11.500 bomberos forestales y otro personal de organismos de socorro han sido desplegados para enfrentar los incendios en todo EE. UU., según la NIFC.
