Rusia sobre envío de bombas de racimo a Kiev: ‘Acerca a la humanidad a guerra mundial’
Rusia considera que el suministro por parte de Estados Unidos de bombas de racimo a Ucrania es otro paso hacia una nueva guerra mundial, mientras que recordó que en el pasado Washington dijo que el uso de estos artefactos explosivos “es un crimen de guerra”.
Moscú reaccionó así al anuncio de Estados Unidos, que confirmó este viernes que enviará bombas de racimo a Ucrania pese a las críticas de Alemania y de organizaciones como Human Rights Watch (HWR), a quienes les preocupa el impacto de ese armamento sobre la población civil.
Las bombas de racimo hacen parte de un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania del Pentágono, según explicó en una rueda de prensa el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
Sullivan dijo que EE. UU. retrasó esta decisión todo lo que pudo, pero explicó que las tropas ucranianas necesitan munición de artillería convencional porque la cantidad que tienen disponible ha disminuido con la contraofensiva que su Gobierno lanzó a principios de junio para recuperar las zonas ocupadas por Rusia.
Rusia critica el envío de bombas de racimo
En la cuenta de Telegram de la embajada de Rusia en EE. UU., el embajador ruso en Washington, Anatoli Antónov, escribió que “Washington continúa aumentando las apuestas en el conflicto (…). La profunda participación de Estados Unidos en el conflicto de Ucrania, incluso sin municiones de racimo, nunca ha estado en duda”.
“Sin embargo, el nivel actual de provocaciones estadounidenses está realmente fuera de escala y acerca a la humanidad a una nueva guerra mundial“, afirmó el embajador.
Recalcó que EE. UU. “está tan obsesionado con la idea de derrotar a Rusia que no se da cuenta de la gravedad de sus acciones”.
A su juicio, con la ayuda militar que presta la Casa Blanca a Ucrania “solo provocan más bajas y prolongan la agonía del régimen de Kiev”.
“Creemos firmemente que las armas occidentales de ninguna manera obstaculizarán el camino hacia los objetivos de la operación militar especial destinada a erradicar las amenazas a la seguridad de la Federación Rusa, incluido el nazismo alimentado en Ucrania”, añadió el embajador.
En su opinión, las bombas de racimo “son un gesto de desesperación” y el suministro de EE. UU. de las mismas a Ucrania “hablan de la impotencia” de los socios occidentales de Kiev sobre la marcha de la guerra, que este sábado cumple 500 días.
“Sin embargo, se niegan a admitir sus propios fracasos y el colapso de los intentos de las Fuerzas Armadas de Ucrania de lanzar una ofensiva contra las regiones rusas. Por eso cometen nuevas locuras”, enfatizó.
A su vez, la portavoz del Ministerio ruso de Exteriores, María Zajárova, recordó en su propio canal de Telegram las palabras de la ex secretaria de Prensa de la Casa Blanca Jen Psaki, quien habría dicho el 28 de febrero de 2022 que el uso de bombas de
racimo “es un crimen de guerra”.
Zajárova afirmó este sábado que la decisión de Estados Unidos de entregar bombas de racimo a Ucrania es una muestra de “debilidad” que convertirá a Washington en “cómplice” de las muertes de civiles que ese armamento pueda ocasionar.
“El envío de armas de fragmentación es un acto desesperado y una muestra de debilidad en el contexto del fracaso de la tan alardeada contraofensiva ucraniana”, afirmó en un comunicado la portavoz de la cancillería rusa.
Las bombas de racimo han sido prohibidas por más de un centenar de países debido al riesgo de que produzcan daños a civiles.
Estos artefactos consisten en un contenedor que se abre en el aire y dispersa una gran cantidad de submuniciones explosivas o “bombetas” sobre un área amplia, que puede llegar a ser de un radio de entre 200 y 400 metros.
Algunos modelos pueden liberar más de 600 submuniciones que están diseñadas para estallar al impactar contra el suelo, aunque algunas no detonan y se quedan enterradas.
Esas “bombetas” que se quedan en el suelo pueden suponer un peligro para la población civil que es comparable a las minas terrestres, ya que pueden estallar años después cuando un civil pasa por el área, provocado su muerte o serias heridas, según el Comité Internacional de la Cruz Roja.