Cuando se estableció no solo como eslogan de campaña sino de una manera de hacer llegar la administración hacia la comunidad, ‘El Gobierno de La Gente’, nunca se pensó que se estaría abocado a proteger excepcionalmente a los monterianos de un flagelo que atenta hoy contra la salud con conexidad al bien más preciado como es la vida.
Esto no es más, que la prohibición parcial o total de circular libremente en una ciudad. Está reconocido parcialmente en el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero que excepcionalmente se permite afectarlos en procura de un bien mayor, como es en este caso en particular.
Artículo 13: “Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. … Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su normativa una vez sea superada la crisis”.
La organización Human Rights Watch hizo un llamado a las naciones para recordar que, según el Derecho Internacional, cualquier medida de emergencia que amenace las libertades individuales “solo podrá ser justificada cuando se base en evidencia científica y, siempre y cuando, esté diseñada para un tiempo limitado”.
Nos encantaríamos en el apoyo ciudadano a unas medidas restrictivas a las libertades pero necesarias en “este mundo de pandemia” y debemos apoyar a nuestros mandatarios que, sin un afán politiquero, pretenden mantener el orden sanitario en sus regiones.
Nos encontramos en Montería en una situación crítica a causa de la pandemia, la ocasionada con el Covid-19 y ante la vigilancia de la administración municipal en asocio de la gobernación de Córdoba que, por fortuna, forman un equipo sólido y mancomunado para enfrentar la crisis.
Se hizo necesario que la alcaldía en buena hora ejerciera actos de autoridad ante la indisciplina social de los habitantes de Montería que, sin excepción, venían además, de manera irresponsable, realizando sin recato alguno, colocando en peligro sus propias vidas, la de sus seres queridos y la comunidad en general.
Es por eso, que al alcalde Ordosgoitia utilizando las facultades legales consagradas en la Constitución Nacional que establece: “El artículo 314 de la Constitución Política quedará así: En cada municipio habrá un alcalde, jefe de la administración local y representante legal del municipio, que será elegido popularmente para períodos institucionales de cuatro (4) años, y no podrá ser reelegido para el período siguiente”.
Y teniendo en cuenta el artículo 12 de la Ley 1523 de 2012 que están investidos para asegurar el orden y la salubridad en su municipio, procedió a expedir el Decreto 0320 de 2020, por medio del cual “se toman medidas de orden público en el municipio de Montería” y entre otras medidas, a decretar el toque de queda en la ciudad.
Los resultados de tan anhelada medida constrictiva de las libertades individuales serán conocidos a corto plazo, reflejadas en la salud de todos los habitantes de esta ciudad.
Las medidas autoritarias nunca son bien recibidas, más las que limitan el derecho de locomoción y restringen otras libertades consagradas en la Constitución Nacional como sacros derechos fundamentales, pero son necesarias para preservar un bien común.
Se necesita valor civil y pleno ejercicio de la autoridad, para tomar esa decisión ejecutiva, eso es parte del talante del alcalde Ordosgoitia quien cuenta con el acompañamiento de la comunidad, a pesar de la difícil situación económica que afrontamos a todo nivel.
Una de las posibilidades para evitar la propagación del virus y prevenir infecciones es precisamente el aislamiento de las personas.
Si no hay disciplina social entonces las autoridades deberán aplicar las medidas necesarias, así sea la de restringir libertades de movilidad.
Lo anterior, conlleva necesariamente y con una única finalidad la cual es afianzar los procedimientos iniciados para el control del virus y hacer “entrar” a la ciudadanía en el acatamiento de las normas de conducta social.
Una medida radical en ese sentido, proyectaría una solución más efectiva a corto plazo.
Bienvenida la decisión de nuestro alcalde y el tiempo le dará la razón y contará con el agradecimiento de sus conciudadanos.
En el nombre de Dios saldremos adelante.
Nota al margen. Solidaridad total con el gremio de médicos de la ciudad. Además, de los agradecimientos por sus labores se les deben garantizar como mínimo su sustento.
“Ius gentium est quod naturalis ratio inter omnes homines constituit: El derecho de gentes es el que la razón natural ha establecido entre todos los hombres”.
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