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A propósito de… la dignidad presidencial

En toda democracia existen límites para que, dentro del libre pensamiento, los ciudadanos puedan hacer valer no sólo sus derechos sino la expresión autónoma del pensamiento de cada quien.

Me refiero a “límites” que de cierta manera podrían afectar a la misma democracia pero en aras de una buena convivencia es necesario acatar dentro de las normas de la decencia, buenas costumbres que encierran los buenos modales. ¿Recuerdan a la Cartilla de Carreño?

En ese orden de ideas tenemos que conocer que la dignidad se basa en el reconocimiento de la persona de ser merecedora de respeto, es decir que todos merecemos respeto sin importar cómo seamos.

“Se dice, por algunos, sin fortuna, que en la guerra, la política y en el amor todo se vale”. Esta apreciación contiene un pobrísimo argumento que desdibuja la democracia y hace del debate político un campo de exterminio del otro.

“Es la dignidad presidencial, el derecho a la representación política, el fortalecimiento de las instituciones y la democracia lo que está en juego”, así lo estableció en su artículo. Y de la dignidad presidencial, ¿qué? Eduardo Verano de la Rosa el 14 de Mayo de 2014.

Lo anterior nos indica que siempre ha existido el cuestionamiento de esas actitudes con fundamento equivocado de política y en menor grado a título personal.

Con la deslegitimación de la autoridad, flaco servicio se le hace a la democracia, solo se busca una justificación mezquina sin fundamento alguno.

De todos es sabido qué hay momentos de la vida política que los sentimientos afloran y embargan dolor en el corazón y que hace que el funcionario se deje llevar por ellos, muchas veces a costa del léxico y sindérisis de ese momento.

Al señor Presidente Ivan Duque le sucedió con las palabras de despedida de su compañero de batallas políticas, su compañero leal de gobierno, su ministro de Defensa Nacional, a todas luces cualquier ser humano en esos momentos podría arriesgarse a una equivocación. Esta vez se refería al noble y arraigado sentimiento que le profesaba a su ministro fallecido.

La sintaxis no puede ser usada como espada de fuego por los opositores del gobierno para desmoronar con burlas sonoras a un presidente valiente que ha venido enfrentando las vicisitudes de ésta pandemia sin dejar de lado sus otras responsabilidades con el pueblo colombiano.

El Representante a la Cámara, Ricardo Ferro, aseguró en la Revista Semana “que lo del presidente Duque solo fue un lapsus, pero no fueron errores “graves” como los del expresidente Santos y la alcaldesa Claudia López cuando el exmandatario colombiano dijo: “ese tal paro no existe”, o cuando la mandataria de Bogotá “calificó de una ‘gripita’ al coronavirus”.

La diferencia existe por cuánto la referencia referida la hicieron dentro del contexto de una situación política administrativa y la del presidente Duque fue producto del ánimo que sentía en las honras fúnebres de su ministro.

Todos los presidentes del mundo son objeto de burlas por sus equivocaciones tanto administrativas como de lapsus que no es más que un ‘resbalón’, ‘desliz’, ‘error’, falta o equivocación cometida por descuido. Se podría decir que estaría permitido pero hay que tener sindéresis, es decir tener la capacidad natural para juzgar rectamente, con acierto.

En mi pueblo hay un dicho que dice que con el dolor ajeno no se juega, gran acierto popular para establecer que se debe tener respeto ante el dolor humano y la actividad luctuosa de las personas.

Para el sector opositor del gobierno, éste no se ha consolidado lo que podría dar a lugar a esas “explosiones” caricaturesca y de humor negro en contra del presidente aprovechándose de esa situación que, a mi modo de ver, no solo es injusta políticamente sino, a nivel personal, incorrecta.

Es por eso, que debemos prohijar que las nuevas generaciones tengan un concepto claro del decoro y respeto hacia sus mandatarios y lo que representan mediante los cargos de elección popular que todos tuvieron la oportunidad de participar dentro del camino democrático utilizado.

El humor empleado en la actividad política, sin desconocer lo gracioso, puede ser ofensivo y discriminatorio, lo que conlleva tener responsabilidad aquellos que lo utilizan.

Nota al margen: Lamentable el fallecimiento del ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo. Un demócrata a carta cabal. “Así lo querí”.

Errare humanum est, sed perseverare diabolicum; que traducida literalmente significa: “errar es humano, pero perseverar (en el error) es diabólico”.


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