Quédate en paz
Y aviva tu fe.
En ocasiones, los seres humanos experimentamos momentos de la vida en donde tenemos la oportunidad de estresarnos, preocuparnos, de andar molestos, ofendidos, inconformes y frustrados. Seguramente alguien no nos trata bien, lidiamos con enfermedades, con problemas económicos, nos enfrentamos a opositores o el proyecto que necesitamos ejecutar se está llevando más tiempo del planificado. Todos estos hechos nos hacen pensar que las promesas no se pueden cumplir y en medio del proceso perdemos fuerzas vitales para avanzar en medio de tantos desafíos.
Tal vez este tipo de circunstancias nos pueden generar una sensación de desconcierto porque consideramos que no pudimos alcanzar el resultado deseado, desanimados porque nos quedamos sin energía para progresar, molestos porque sentimos que perdimos tiempo valioso e impotentes porque no está en nuestras manos resolver dicho acontecimiento.
Si algunos de estos argumentos resuenan contigo o con alguna persona cercana a ti, es importante que sepas que estas interpretaciones son exclusivas de la persona que lo siente. También es posible que a nivel emocional estas condiciones puedan estar generando cualquiera de las siguientes emociones; abandono, culpa, disgusto, enojo, fracaso, incomprensión, lastima, miedo, odio, persecución, sometimiento, traición, vacío, zozobra.
Mi invitación para hoy es que reflexiones acerca de la situación que vives actualmente y aprendas a identificar las oportunidades de aprendizajes que este tipo de experiencias quieren regalarte y sobre todo a que reconozcas que no podemos tener el control de todo. También necesito que sepas que Dios quiere que todos los seres humanos vivamos con gozo, paz, tranquilidad y alegría, pero si tu dejas entrar lo negativo a tu vida pones todo lo maravilloso por fuera, ya que el espacio que le das a lo positivo en tu mente es muy limitado o nulo.
Esto me mueve a preguntarte ¿Con quién has firmado el pacto más importante de tu vida?
Etimológicamente la palabra paz, viene del latín “pax” (genitivo pacis) y ésta relacionada con el verbo “pacisci” que significa “acordar” o “hacer un trato” “llegar a un pacto”. Sin duda alguna la paz se convierte en un regalo de vida que cada persona decide a quien entregárselo. Para vivir en paz, necesitamos atender y validar los factores mentales, espirituales, emocionales que están moldeando nuestra forma de observar la realidad, nuestras acciones y los resultados que conseguimos.
Una de las emociones que se convierte en el enemigo de estar en paz y avivar nuestra fe diariamente es la inseguridad ya que cuando la sentimos, somos propensos a ser más vulnerables con nosotros mismos, ya que posiblemente esto nos puede producir nerviosismo, malestar, ansiedad y estrés. Generalmente una persona insegura no tiene confianza en su valía y capacidades; porque carece de confianza en sí mismo; puede pensar que los demás les van a defraudar y también temerán defraudarles a los demás.
Mi recomendación es buscar apoyo profesional de un coach, psicólogo o terapeuta, de acuerdo al caso de cada persona, para tratar de comprender y/o interpretar los pensamientos, juicios y emociones que están moldeando al cliente, acompañarlo a hacerse responsable de la situación que vive y promover el desarrollo de una autoestima sana.
Hay una frase de la Madre Teresa de Calcuta que dice: “no necesitamos armas y bombas para llevar la paz, necesitamos amor y compasión”
Por eso es importante aprender a expresar lo que sentimos con palabras sinceras, a hablar de forma clara, segura y precisa, a exponer en las conversaciones que tenemos con otras personas las emociones que nos genera esa situación para asimilar lo sucedido con madurez.
En este preciso instante quisiera que empieces a verte como una persona capaz de superar todas las pruebas que la vida te ponga, enfocado en construir nuevos pactos o llegar a mejores acuerdos y listo para comenzar de nuevo.
Recuerda ¡tú puedes fomentar la paz!
Mi labor como facilitador de tu ser emocional, consiste en acompañarte a vivir tu proceso de aprendizaje, escuchar tu historia de vida y ayudarte a reconocer las creencias/juicios/emociones que han determinado la forma como observas la realidad que vives hoy pero que necesitas disolver urgentemente para cambiar o transformar la realidad que percibe tu observador.
Te invito a que me sigas en todas mis redes sociales como compartir experiencias.
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