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Opinión

Principales delitos informáticos

Cada año, o mejor dicho, cada día la tecnología avanza más en su capacidad, innovación de equipos electrónicos, velocidad e interacción con los usuarios que la utilizan para hacer su vida cotidiana, social o laboral más fácil debido a que casi toda acción que necesitamos realizar la hacemos valiéndonos de los dispositivos móviles, ya sea para hacer una llamada, enviar un mensaje, encargar comida, o pagar las facturas en línea.

Casi todo lo podemos realizar desde nuestros celulares. Nuestra vida esta interconectada e íntimamente relacionada con el acceso y uso constante de la tecnología.

No obstante, debemos tener cuidado con las páginas web que visitamos o los mensajes sospechosos de números desconocidos que recibimos en los móviles, ya que si bien la tecnología avanza, los delincuentes no se quedan atrás y crean nuevos métodos y estrategias virtuales para acceder a la información en la red y atacar a las personas mediante el uso de las tecnologías, como por ejemplo, mediante spam o promociones fraudulentas que llegan en mensaje de texto.

Y es que es un hecho que el desarrollo de nuevas herramientas tecnológicas, su capacidad y utilización generalizada, ha permitido la creación de oportunidades para los criminales de cometer ilícitos, aprovechando el enorme potencial de las TIC para la planificación y ejecución de actos delictivos, eliminando barreras territoriales. La utilización de técnicas de suplantación de identidad en los sistemas informáticos y el acceso ilícito a equipos electrónicos se ha convertido en la nueva forma de crimen en esta Era Digital.

Es por ello que resulta importante tener claro los delitos informáticos más comunes, con el fin de crear sistemas de seguridad y protección, ya sea a nivel personal, familiar o incluso en el interior de las empresas, con el fin de prevenir ser víctimas dichos crímenes.

Uno de los crímenes más comunes dentro de la cadena de delitos informáticos es el de la estafa virtual o robo de identidad.

Este delito se comete generalmente por medio del phishing o el robo de identidad, en el que criminales con conocimiento técnicos utilizan spam, sitios web falsos, software de actividades ilegales y otras técnicas, para engañar a las personas con el fin de obtener las contraseñas o claves personales de forma fraudulenta y así acceder a información confidencial. El ejemplo más claro de lo anterior es el acceso a datos de las tarjetas de crédito o de la cuenta bancaria con el fin de cometer el delito de estafa o incluso con el fin de vender esta información.

Según el reporte  presentado por la Fiscalía General de la Nación  el año anterior acerca de la actividad de cibernautas en la red, el volumen más importante de actuaciones por ciberdelitos corresponde a conductas de carácter fraudulento con un porcentaje de alrededor del 80% del total de procedimientos registrados en este ámbito, en los últimos 3 años.

Otro delito común dentro del ámbito informático es el de la pornografía infantil y explotación sexual de los menores de edad en páginas web ilícitas. La pornografía infantil lamentablemente se ha convertido en los últimos años en uno  de los delitos informáticos más comunes en este tipo de cibercrímenes debido al amplio auge de las tecnologías de la información y de las telecomunicaciones, aunado a la  propagación de información y contenidos multimedia en las redes sociales. No cabe duda que hoy en día el internet supone una vía privilegiada para la distribución de la pornografía infantil y esto se ha visto reflejado en el aumento sustancial de los casos denunciados.

Sin embargo, vale la pena mencionar algunos de los delitos contra menores que afectan su honor, intimidad, dignidad humana y  propia imagen: los subgéneros de la pornografía infantil:  sexting y el stalking.

  • El sexting: consiste en el envío de imágenes o mensajes de texto con contenido sexual a otras personas por medio de teléfonos móviles. Si bien en sí mismo este acto no es ilegal ya que es un hecho que se intercambian entre amigos o grupos imágenes o videos con contenido sexualmente explicito,  cuando se trata de menores de edad o cuando el adulto no consiente esa actividad, si constituye una conducta punible.
  • El hostigamiento o stalking: se presenta cuando hay un acorralamiento constante de una persona que insistentemente vigila, acosa, y trata por cualquier medio de contactarse con otra a través de medios electrónicos alterando gravemente (en el caso de la hostigue al punto de intimidarla o amedrentarla) o perturbando en cierta medida con  el sano y libre desarrollo de la vida cotidiana del menor y limitando asimismo su libertad de obrar recreativamente en el entorno donde se desenvuelve.

Las prácticas más habituales para cometer estos delitos de acoso sexual en redes son los foros privados, conversaciones o grupos de WhatsApp o Skype y almacenamiento en la nube de drive o desde cualquier otro almacenador. Basta con obtener los datos personales de esa persona en las redes sociales  y acecharla mediante un perfil falso.

Otro tipo de delitos informáticos común en nuestro país es el del tratamiento,  revelación y descubrimiento de datos personales y secretos del usuario a bases públicas.  Este tipo de delitos informáticos es una clara vulneración al habeas data de una persona ya que se pone en evidencia los datos íntimos de alguien para amenazarla, extorsionarla o afectar su buen nombre y reputación.

Este cibercrimen afecta directamente a la intimidad documental y de las conversaciones o comunicaciones, de los secretos o vida privada, el derecho a la propia imagen, así como la confidencialidad y reserva  de las personas jurídicas. Dentro de este grupo de delitos encontramos los siguientes:

  • Violación de la confidencialidad  de las comunicaciones en línea.
  • Interceptación de comunicaciones personales de manera ilegal.
  • Utilización y modificación de los datos de carácter personal sin previo consentimiento.
  • Acceso ilegal a datos y sistemas informáticos.
  • Difusión de datos, hechos, mensajes  personales   o imágenes captadas de forma ilícita.

Otros de los delitos más comunes pero no menos importantes son las amenazas y coacciones y la falsificación documental. Respecto a la falsificación documental, las prácticas más comunes son la falsificación de documentos privados como pasaportes, documentos de identidad, tarjetas de crédito, falsificación de certificados, falsificación de tarjetas bancarias, suplantación de personal de seguridad o suplantación de operador público, entre otras.

Por lo anterior, debemos estar alerta y siempre tener cuidado al momento de entrar a una página web que nos parezca ligeramente sospechosa. Si tenemos duda respecto a la seguridad y veracidad de una página social, lo mejor es no ingresar a ese portal hasta no comprobar mediante un sistema de seguridad antivirus si ese sitio web es oficial o se trata de un spam o spyware (virus, paginas peligrosas).

También es recomendable instalar antivirus en los dispositivos móviles y evitar responder cualquier mensajes de texto de contenido dudoso en donde se promocione tal producto o servicio o se indique que se presione el link para obtener determinado premio, ya que ese tipo de mensajes piden claves, nombres completos, números de tarjeta debido o crédito, entre otro tipo de información que son enteramente personales. Digámosle NO  a las cadenas de delitos informáticos.

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