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Revuelo y descontento en Córdoba: comunidades al borde de la ebullición por resultados electorales

Tras el desenlace de las elecciones regionales en Córdoba, la convulsión y el descontento se apoderaron de un grupo de manifestantes, cuyas protestas en respuesta a los resultados electorales perturbaron la serenidad de tres municipios en el departamento.

Con el ascenso de William Cavadía a la alcaldía de San Pelayo, la Institución Educativa José Antonio Galán se convirtió en blanco de una expresión de descontento que trascendió los límites del civismo. Una multitud enfurecida, sosteniendo alegaciones de un presunto fraude electoral, desencadenó actos vandálicos, lanzando piedras y causando daños a la institución educativa y a las viviendas circundantes.

En el municipio de Chinú, la inhabilitación de Edelberto Cabrales Otero provocó una violenta reacción cuando Roberto Ramírez Trujillo fue declarado ganador de la contienda. Enfrentando la ira de manifestantes descontentos, una sede de la Registraduría fue consumida por las llamas, y un colegio sufrió el embate de la turba. Ante este desafío al orden, el alcalde en funciones, Orlando Castillo, se vio obligado a declarar un toque de queda con el fin de restaurar la paz y la estabilidad en el municipio.

En La Apartada, la victoria de Óscar Miguel Calao López en las elecciones regionales desencadenó disturbios en la comunidad, lo que instó a las autoridades a hacer un llamado a la calma y al respeto cívico.

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