Esta facilidad de acceso que tienen los niños a las nuevas tecnologías nos hace plantearnos muchas preguntas:
- ¿Cuándo es conveniente introducirlas en la vida del niño?
- ¿Durante cuánto tiempo?
- ¿Como hacer un uso adecuado de ellas?
- ¿Qué se puede sacar de positivo y qué peligros tienen?
Según Javier Urra Doctor en Psicología y Pedagogo Terapeuta: “Las nuevas tecnologías son un buen instrumento, pero de ellas hay que hacer un buen uso”, es conveniente que los padres, conozcan estas tecnologías y sepan manejarlas para enseñar a sus hijos y a su vez hacerlo de forma positiva y en el proceso explicarles el peligro que pueden encontrar en ellas.
Colocar límites, dedicar un tiempo del día a usar las nuevas tecnologías puede ser productivo, pues estas nos permiten mantenernos informados y conocer nuevas realidades.
El uso excesivo de la tecnología en niños afecta a su alfabetización y al rendimiento académico, la exposición excesiva a las tecnologías en bebés de entre cero y dos años de edad provoca déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad falta de autocontrol, entre otros problemas anunciados, uno de los que más se ha destacado es el sedentarismo entre los niños, el cual provoca enfermedades tales como la obesidad, la diabetes y problemas cardiovasculares.
El uso excesivo en las tecnologías ocasiona en los niños la disminución de habilidades para interactuar: Limita su capacidad de establecer nuevas relaciones e interacciones con otros niños, de misma forma su interacción física también ser verá reducida.
El juego no estructurado y fuera del mundo digital estimula la creatividad del niño; el uso excesivo de la tecnología en niños afecta a su alfabetización y al rendimiento académico
Además, esta falta de supervisión por parte de los padres hace que los niños puedan acceder a contenidos violentos que pueden alterar sus conductas.
Uno de cada once niños de 13 años es adicto a las nuevas tecnologías; los tiempos han cambiado, estamos viviendo una era en que la tecnología predomina en todos los ámbitos.
Los niños de hoy día, prácticamente nacen con un objeto tecnológico en sus manos. Desde pequeños adquieren esa familiaridad con objetos como las Tablet o los celulares y se acostumbran a temprana edad a utilizarlos diariamente.
Muchas veces son los mismos adultos quienes promueven el uso de esta tecnología en sus hijos debido a que logra “calmarlos” y así se mantienen ocupados un largo rato. La revolución digital ha cambiado el momento y la forma en la que los niños acceden a la información y comunicación en las plataformas digitales.
En casi todas las casas hay un computador, un celular, una tablet o una videoconsola de juegos; en fin, algo tecnológico que los entretenga ya que los padres trabajan y sus hijos quedan en casa bien sea a cargo de sus hermanos mayores, tías o abuelas.
Para concluir el uso adecuado de las tecnología en los niños varia en el límite que sus padres le den para tener acceso a ellas; la tecnología digital puede ser un punto de inflexión para los niños desfavorecidos, pues les ofrece nuevas oportunidades de aprender, interactuar y hacerse escuchar.
Sin embargo, también puede convertirse en una brecha divisoria: millones de niños se encuentran aislados en un mundo cada vez más conectado. A la misma velocidad a la que se desarrolla la tecnología digital, aumentan los peligros a los que se enfrentan los niños cuando se conectan: desde el acoso cibernético hasta el uso inadecuado de información privada, la explotación y el abuso sexual en línea.
Ya sea para bien y para mal, la tecnología digital ocupa, irreversiblemente, el centro de nuestras vidas. El modo en que minimicemos los riesgos al tiempo que ampliamos el acceso a sus beneficios contribuirá a configurar la vida y el futuro de una nueva generación de nativos digitales.
Por: Candelaria Romero Pasos, Especialista en Pedagogía.
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