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¿Me conviene? ¿No me conviene?

Después de una larga temporada por fuera de los medios, me tomé un tiempo para volver a escribir y reflexionar algunas conductas que veo de continuo en las personas.

Hoy hablaremos de los sentimientos y las relaciones de pareja, contrastando todo con la opinión Divina y dejando un espacio para la reflexión personal, analizaremos qué clase de relaciones me convienen o no.

Es maravilloso gozar de sentimientos por alguien, pero debemos tener cuidado y no podemos acelerarnos a darle rienda suelta a lo que siento, el hecho que una persona te guste no significa que convenga en tu vida. Y si te gusta una persona ¿Cómo saber si esa persona te conviene para tu futuro a corto y largo plazo?

El primer detalle que debemos ver es la disponibilidad sentimental, y cuanto más pronto se conozca esta información es mejor, ya que permitirá poner el freno justo a tiempo, aunque la persona tenga cosas que te gusten como: su carácter y su forma de ser, debemos mirar con mucho detalle si está casada (o) y/o comprometida, ya que esta clase de relaciones nunca serán convenientes, comenzar con este juego es muy peligroso, y aunque se crea que todo está bajo control te puedo asegurar que nada está controlado.

Cuando la persona no tiene disponibilidad sentimental, ella está enfocada en sacar todo el provecho que pueda de ti, mientras que tú siempre estarás mendigando pequeños momentos de disponibilidad por el simple hecho de tener  una relación con una persona que no es solo para ti.

Bíblicamente esta clase de relaciones están desaprobadas, y todo tiene un ¿por qué? la respuesta más clara es que Dios no nos hizo para ser mendigos sentimentales, Dios nos hizo para encontrar una persona que me complemente en todos los sentidos, eso incluye mi necesidad de sentirme único e irremplazable, y lamentablemente una relación con una persona comprometida nunca puede satisfacer el sentimiento de ser único para alguien.

Hay un proverbio de Salomón que dice:

La sabiduría te librará de la mujer que engaña a su esposo, y también te engaña a ti con sus dulces mentiras; de esa mujer que se olvida de su promesa ante Dios. El que se mete con ella puede darse por muerto. (Proverbios 2:16-18)

Lo que significa que si una persona comprometida se atreve a tener una relación extra marital, ella así como engaña a su pareja así mismo te engañara a ti. Yo esto no lo creía hasta que un día vi el caso de un amigo de infancia que tenía una relación con una mujer casada, de dicha relación extramatrimonial hubo hijos de por medio y ambos terminaron viviendo juntos, pero a los 5 años me lo encontré en la calle y hablando le pregunté por su relación y me dijo que se había terminado porque ella le había sido infiel con su jefe de turno hace algunos años, confirmando lo que dice en la biblia:

<< la mujer que engaña a su esposo, y también te engaña a ti con sus dulces mentiras>>

Y al final dice:

<<El que se mete con ella puede darse por muerto>>

Y este versículo se ha cumplido en todos los tiempos, es alarmante ver los casos de feminicidios en parte por lo que llamamos “celos pasionales” y la alta tasa de suicidios por infidelidades matrimoniales en nuestro país.

Por esa razón hoy más que un consejo quisiera gritar a voz y cuello:  

¡Esa clase de relaciones no te conviene!

¡Las relaciones con personas comprometidas no te convienen!

Es conveniente terminar con un relato bíblico para los que están comprometidos o piensan comprometerse y el cuidado que se debe tener con una relación extramatrimonial.

“Querido jovencito, atiende a mis sabios consejos, para que cuando hables lo hagas con sabiduría. La mujer infiel te engaña con palabras suaves y dulces, que al fin de cuentas resultan más amargas que la hiel y más peligrosas que una espada. Quien se enreda con ella, ¡va derecho a la tumba! A ella no le importa lo que digan de su conducta; lleva una vida sin control, pero no lo reconoce. Querido jovencito, escúchame: ¡no desprecies mis consejos! Apártate de esa mujer y no te acerques a su casa, o acabarás entregando tu salud y los mejores años de tu vida a gente cruel y peligrosa; ¡todo tu salario, y el dinero que con tanto esfuerzo te ganaste, irá a parar en otras manos! Cuando te hayas quedado pobre, dirás entre llantos y lamentos: «¡Pobre de mí, pobre de mí! ¡Nunca acepté ningún consejo! Jamás les hice caso a mis maestros, ni obedecí a los que me orientaban. ¡Ahora estoy casi en la desgracia ante toda la comunidad!» Si quieres disfrutar del amor, disfrútalo con tu esposa. ¡Guarda tu amor sólo para ella! ¡No se lo des a ninguna otra! No compartas con nadie el gozo de tu matrimonio. ¡Bendita sea tu esposa, la novia de tu juventud! Es como una linda venadita; deja que su amor y sus caricias te hagan siempre feliz. Querido jovencito, no dejes que otra mujer te cautive ni busques las caricias de la mujer casada”.

(Proverbios 5:1-20)

Juan Gabriel Sánchez Castellón:

Químico, magister en Ciencias Químicas de la Universidad de Córdoba. También es científico e investigador, actualmente se desempeña como pastor cristiano y líder de juventudes.

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