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Vivir la Semana Santa con fe, piedad y devoción: la invitación de Monseñor Ramón Alberto Rolón

Montería. Del 28 de marzo al 3 de abril la Iglesia católica celebra la Semana Santa que es la celebración central del calendario litúrgico de la Iglesia, precedida por la cuaresma como tiempo de preparación, en la que se invita a los fieles a la conversión para celebrar con corazón puro los sagrados misterios de la redención. Por eso también se le denomina, Semana Mayor, Semana Grande.

Se inaugura con el Domingo de Ramos, en el que se celebra la entrada triunfal de Cristo a Jerusalén, no como un rey político – guerrero, sino como el Mesías, el siervo de Yahveh que vino a ofrecer su vida en rescate del Pueblo, subiendo a la cruz. El triunfo de Cristo no es para este mundo sino es el triunfo del Rey Eterno, que nos abre el camino de la vida eterna.

Los días lunes, martes y miércoles santo nos presentan las últimas acciones de Jesús antes de la pasión.

El Jueves Santo es el día eucarístico por excelencia. Cristo en la última cena, se muestra como el gran servidor de la humanidad, lava los pies a sus discípulos para que lo imiten, nos entrega el mandamiento del amor, nos regala el sacramento de la Sagrada Eucaristía y del Orden Sacerdotal para acompañarla a la humanidad hasta el fin de los tiempos alimentándonos con su Cuerpo y su Sangre Santísima.

El Viernes Santo, día penitencial por antonomasia, pues el Señor subió a la Cruz para liberarnos de nuestros pecados ofreciendo su vida en sacrificio agradable al Padre, misterio lleno de sentido salvador.

El Sábado Santo, día del silencio contemplativo la Iglesia en oración acompaña a la madre dolorosa en espera que se realice la palabra de Cristo que resucitaría al tercer día.

Domingo de Resurrección, el día en que actuó el Señor, resucito, se canta el gran aleluya que llena de gozo a la humanidad, pues con su resurrección todos participaremos de la gracia salvadora recibiendo la vida eterna.

La Iglesia, según lo expresado por el Obispo de la Diócesis de Montería, Monseñor Ramón Alberto Rolón Güepsa, nos invita a unirnos a esta celebración, teniendo en cuenta tres aspectos.

En primer lugar de manera espiritual, con la fe, la piedad y la devoción de creyentes, que unidos en torno a los sagrados misterios nos congregamos como pueblo de Dios para agradecer a Dios la obra magna de la redención.

En segundo lugar, recordando los acontecimientos históricos narrados en los Evangelios de la pasión y muerte del Señor para movernos a la conversión, a la reconciliación.

En tercer lugar, acercarnos a los sacramentos que nos dan la salvación, la gracia de vida eterna alcanzada, sacramentos instituidos por Cristo para hacernos partícipes hoy de su gracia redentora.

“En este tiempo de pandemia, cada uno de nosotros, con la fe del creyente fiel y piadoso celebrará la Semana Santa, con la debida prudencia, no dejemos pasar este tiempo de gracia y salvación, pues hay que rendir culto al Señor en espíritu y en verdad, sino puedes asistir al templo, abre tu corazón al Señor con tu familia y desde el fondo de tu ser celebra estos sagrados misterios de la salvación”, dijo el alto prelado.

Y finalmente oró por todos: “Que en estos días santos la gracia y la bendición llenen tu vida, aumenten tu fe y te colmen de esperanza. Amén”


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