San Felipe, el barrio de Barranquilla donde han muerto 98 personas por Covid-19
Barranquilla. Esa vieja costumbre de poner carteles mortuorios en las paredes de esquinas y postes de los barrios de Barranquilla ha sido una de las formas como los habitantes de esta ciudad se enteran o informan de los fallecimientos de amigos, vecinos o conocidos.
También permiten saber la forma del deceso, como lo asegura el trabajador de una empresa funeraria. Si fue por causa natural, el encabezado es: “Descansa en la paz del Señor…”; pero si fue de forma violenta, entonces cambia: “Ha muerto…”.
En la ciudad se estima que al día mueren en promedio unas 50 personas por distintas causas: enfermedades, accidentes, asesinados, natural, entre otras.
Muchas de estas son conocidas a través de estos carteles, en especial en los barrios populares, donde aún es común ver a los hombres que se mueven en silencio, cargado un recipiente con almidón, una brocha y el manojo de carteles, que van fijando en paredes y postes.
Con la llegada de la pandemia del Covid-19, este número de decesos diarios en la ciudad se incrementó. Hasta la fecha en Barranquilla han fallecido por la pandemia 3 mil 227 personas, en diferentes barrios y estratos sociales.
Lo extraño es que este tipo de pérdidas, en muchos casos, no son reportadas por las funerarias ni dolientes en los tradicionales carteles.
La sicóloga María Matthews explica que son varios los factores que se suman a este tipo de decisión de los dolientes, entre esas destaca aspectos como el estigma relacionado con la enfermedad, en el que se señala que las víctimas del covid son personas que no se cuidan y por eso se contagian. O “mejor me quedo callado porque pueden pensar que yo también soy portador de la enfermedad”, agrega.
También señala casos como la etapa de duelo emocional que se experimenta ante la muerte del ser querido como la negación, la rabia o la depresión.
No hablan de muertes por Covid
Uno de los barrios que ha querido mantener en silencio las muertes por covid-19 es San Felipe, en el suroccidente de esta capital.
La semana pasada, el sector de la carrera 22D con calle 65 B fue noticia, luego que emisoras y canales de televisión nacional llegaron con sus periodistas, cámaras y carros a la cuadra, a reportar la muerte de 18 personas por coronavirus (cifra inexacta).
La noticia tuvo un gran impacto, ya que entre las víctimas se encontraban vecinos que habían vivido en este recodo de Barranquilla, y que para sorpresa de muchos de los habitantes de San Felipe no lo sabían, porque se mantuvo en silencio.
Ni un solo cartel mortuorio se pegó en alguna de las esquinas, postes o paredes, en las que es común que se fijan estos avisos.
En San Felipe, según el reporte de la Secretaría de Salud han muerto 98 personas contagiadas por el virus desde que comenzó la pandemia. Es el quinto barrio con más víctimas por el covid, después de Alto Prado (101), Las Nieves (112), La Ciudadela (139) y El Rubí (222).
Algunos vecinos no quieren hablar, prefieren mantener su dolor y luto callados. Es como si la tristeza, la soledad, la impotencia o la rabia, los embargara. Amín Martínez, de 72 años y con más de 50 de vivir en San Felipe, ha sido uno de las personas que se atrevió a hablarles a los periodistas sobre lo que estaba ocurriendo en su cuadra.
“Hay familias que no les gusta contar nada, están herméticas”, dijo el hombre, quien aseguró que entre las víctimas se encuentra un cuñado que falleció el primero de enero pasado.
Bolívar dice que algunos vecinos se molestaron con él y hasta le han quitado el saludo, al verlo salir en RCN y Caracol Radio, hablando sobre la situación que se está viviendo en su cuadra.
“En otros sectores será, pero aquí entre la 64 y 65 B con 22D han muerto siete. Algunas con más de 30 años en el barrio”, añade, al confesar que en su casa viven ocho personas, y en diciembre él fue el único negativo de Covid.
“Yo camino todos los días, en la tarde y en la mañana, después me tomo un vaso de leche caliente, y esa vaina no me dio, y eso que yo comí en el mismo plato de mi cuñado, quien murió después”, cuenta Bolívar.
Vecinos tratan de frenar más contagios
Esta semana vecinos y miembros de una barra del Junior realizaron un trabajo de desinfección en algunas cuadras de San Felipe. Reunieron plata con la rifa de una nevera, y donaciones, para comprar químicos, jabón y lavar terrazas y las vías.
Rosa Insígnares fue una de las vecinas que lideró la jornada, y contó a la prensa que la intención es limpiar el barrio y preservar la tranquilidad y calma de muchos vecinos que se han visto alterados por las últimas noticias de covid.
El silencio reina por estos días de confinamiento obligatorio, ley seca, toque de queda y pico y cédula en San Felipe. Los vecinos siguen encerrados, las tiendas solas y los únicos que bajan y suben las calles son los vendedores ambulantes, cuyas voces retumban en la soledad que se siente aquí.
Detrás de algunas de esas puertas y ventanas cerradas, familias enteras viven el luto y dolor por sus pérdidas.
Las noticias de estas muertes circulan en voz baja, por el general rumor y el comentario de vecinos que sienten la ausencia de los que se han ido, como el viejo Domingo Bolívar, quien dice que en San Felipe ya ni se ven los carteles fúnebres. “Ahora nadie sabe ni quién se murió”, sostiene.
Por Leonardo Herrera Delgans – ElTiempo.com
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